La tortuguita de cumpleaños


Hoy es un día muy especial, el cumpleaños de Juana. Mi hermano Koky y yo estamos muy emocionados de ir a la fiesta junto con Roman, mi primo.

Llegamos a la casa de Juana y vemos que todo está decorado con globos y colores brillantes. Nos encontramos con nuestra familia y amigos, todos felices por celebrar este día tan importante. Juana está en su sillita, rodeada de juguetes nuevos que le han regalado sus tíos y primos.

Ella nos mira con una sonrisa traviesa en su rostro mientras intentamos saludarla. "¡Feliz cumpleaños Juana!", decimos todos al unísono. Juana se ríe felizmente mientras empieza a abrir sus regalos.

Pero hay algo que llama nuestra atención: uno de los paquetes no tiene nombre ni tarjeta. "¿De quién será este regalo?", preguntamos curiosos. Todos nos quedamos callados tratando de descubrir quién lo ha traído hasta que escuchamos un pequeño ruido debajo del papel de envoltorio.

De repente, aparece una pequeña tortuguita verde saliendo del paquete y caminando hacia Juana. Todos quedan impresionados al verla moverse lentamente hacia ella. "¡Miren! ¡Una tortuguita!", exclama Juana emocionada.

La tortuga parece estar disfrutando tanto como ella ya que empieza a moverse más rápido en cuanto se acerca a las manos delicadas de la niña. Todos nos miramos sorprendidos pero contentos por el nuevo integrante del hogar familiar.

Pasaron los días desde el cumpleaños de Juana y la tortuguita se ha convertido en su mejor amiga. La llama —"Tuga"  y juegan juntas todo el tiempo. Pero un día, cuando Juana llega a casa después del jardín, Tuga no está allí.

Todos empiezan a buscarla sin éxito hasta que Koky encuentra una pequeña abertura en la cerca del patio trasero. "¡Miren! ¡La tortuga se escapó!", grita Koky señalando hacia afuera. Todos corremos detrás de ella mientras vemos cómo Tuga camina lentamente por la calle.

"¡Juana, corre hacia ella!", le dice Roman preocupado. Juana comienza a correr pero Tuga sigue avanzando más rápido. De repente, un auto aparece en la esquina y todos nos asustamos al ver que puede atropellarla.

"¡No! ¡Tuga!", gritamos todos angustiados mientras cerramos los ojos esperando lo peor. Pero cuando abrimos los ojos, vemos algo increíble: Tuga ha logrado esconderse dentro de su caparazón justo antes de ser impactada por el auto.

Todos suspiramos aliviados y corremos a reagarrarla para traerla a casa. Desde ese día, siempre estamos más atentos para cuidarla bien y evitar que vuelva a escaparse.

La historia termina con una gran enseñanza sobre el cuidado responsable de las mascotas y cómo debemos estar atentos para protegerlas siempre. Además, muestra cómo incluso las cosas pequeñas pueden tener un gran impacto en nuestras vidas si les damos el amor adecuado.

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