La travesía de Coco y sus amigos
Había una vez en la selva un cocodrilo muy valiente y aventurero llamado Coco.
Coco siempre había soñado con explorar más allá del río que separaba su hogar de la otra orilla, donde decían que habían cosas maravillosas por descubrir. Un día, Coco decidió que era el momento de cumplir su sueño y cruzar el río. Se acercó a la orilla con determinación, pero al ver lo ancho y caudaloso que estaba, sintió un poco de miedo.
Sin embargo, no se iba a rendir tan fácilmente. "¡Voy a cruzar este río cueste lo que cueste!", exclamó Coco para sí mismo mientras se preparaba para nadar.
Con todas sus fuerzas, comenzó a nadar contra la corriente, pero por más que lo intentaba, no lograba avanzar mucho. La corriente era demasiado fuerte y parecía empujarlo hacia atrás una y otra vez. Cansado y desanimado, Coco decidió pedir ayuda a sus amigos de la selva.
Fue entonces cuando se encontró con Lucas el mono travieso y Martina la tortuga sabia. "¡Hola amigos! Necesito cruzar este río pero no puedo hacerlo solo. ¿Me podrían ayudar?", les pidió Coco con esperanza en los ojos.
Lucas, siempre dispuesto a ayudar en cualquier travesura, dijo: "¡Claro que sí! Podemos construir juntos un puente para que puedas pasar sin problemas". Martina agregó: "Y yo puedo darte algunos consejos sobre cómo aprovechar mejor tus fuerzas para vencer la corriente".
Así fue como los tres amigos se pusieron manos a la obra. Lucas recolectó ramas y hojas para construir el puente, mientras Martina le enseñaba a Coco técnicas de natación para enfrentarse a la corriente.
Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, finalmente el puente estuvo listo y Coco se preparó para cruzarlo siguiendo los consejos de Martina. Con determinación y valentía, logró vencer la corriente gracias al apoyo de sus amigos.
Al llegar al otro lado del río, Coco se sintió emocionado y orgulloso de haber cumplido su sueño gracias a la colaboración con Lucas y Martina. "¡Gracias amigos! Sin su ayuda no hubiera podido lograrlo", les dijo emocionado mientras abrazaba a cada uno.
Desde ese día en adelante, Coco aprendió que pedir ayuda no era signo de debilidad sino todo lo contrario: era muestra de valentía reconocer cuando necesitamos apoyo.
Y así, juntos vivieron muchas más aventuras en las cuales demostraron que trabajar en equipo siempre lleva a grandes éxitos.
FIN.