La travesía de Mar



Había una vez en un pequeño pueblo costero, una niña llamada Mar que soñaba con ser como un ave y volar por el cielo azul.

Mar pasaba sus días mirando al horizonte, imaginando historias de barcos lejanos y tesoros escondidos en islas misteriosas. Un día, mientras paseaba por la playa, Mar encontró un viejo barco abandonado. Con ojos brillantes de emoción, decidió arreglarlo y convertirlo en su propio barco pirata.

Pasó semanas pintándolo de colores vivos y añadiendo velas hechas a mano. Finalmente, el barco estaba listo para zarpar. Una mañana soleada, Mar se subió a su barco y levantó las velas con orgullo. El viento soplaba suavemente y el mar brillaba bajo el sol.

Mar se sentía libre como un ave surcando los cielos. Navegó todo el día, explorando nuevas costas y descubriendo secretos ocultos en cuevas submarinas. Pero de repente, el cielo se oscureció y una tormenta amenazante se acercaba rápidamente.

Las olas crecían cada vez más altas y el viento soplaba con fuerza. Mar sintió miedo por primera vez en su travesía. -¡Oh no! ¡Una tormenta se acerca! -exclamó Mar preocupada.

En ese momento, una gaviota blanca apareció volando cerca del barco de Mar. La gaviota parecía tranquila a pesar del caos que se desataba a su alrededor. Se posó en la borda del barco y miró fijamente a los ojos de Mar.

"No temas, pequeña navegante. Enfrenta la tormenta con valentía y encontrarás la calma en medio del caos", dijo la gaviota con voz sabia. Animada por las palabras de la gaviota, Mar tomó las riendas del timón con determinación.

Guió su barco hábilmente entre las olas furiosas, recordando todas las aventuras que había vivido hasta ese momento. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la tormenta comenzó a disiparse lentamente.

El sol volvió a brillar entre las nubes dispersas y el mar recuperó su tranquilidad habitual. Mar miró hacia atrás con gratitud hacia la gaviota blanca que aún estaba allí observándola desde lejos. Sabía que había superado un gran desafío gracias a su valentía y determinación.

Desde ese día en adelante, Mar siguió explorando los mares con su fiel compañera gaviota siempre a su lado.

Aprendió que incluso en medio de las tormentas más fuertes, siempre hay una luz de esperanza esperando ser descubierta si uno tiene coraje y fe en sí mismo. Y así fue como la niña ave llamada Mar continuó surcando los mares infinitos con alegría en su corazón e incontables historias por vivir.

FIN.

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