La travesía de Mateo
Había una vez un niño llamado Mateo, a quien le encantaba leer cuentos. Todos los días se perdía en las páginas de sus libros favoritos y soñaba con vivir aventuras como los valientes personajes que encontraba en ellos.
Un día, mientras hojeaba un antiguo libro en la biblioteca de su abuela, Mateo sintió que algo extraño ocurría a su alrededor.
De repente, una luz brillante lo envolvió por completo y cuando pudo abrir los ojos de nuevo, se dio cuenta de que había sido transportado al interior del propio libro. -¡Wow! ¡Estoy dentro del cuento! -exclamó Mateo emocionado al ver a los personajes cobrar vida frente a él.
El niño se encontraba en un bosque mágico donde animales parlantes y hadas juguetonas correteaban entre los árboles. Pronto se hizo amigo de Lucas el zorro astuto y Martina la hada risueña, quienes lo llevaron ante la reina del bosque para ayudarlo a regresar a casa.
La reina les explicó que para volver al mundo real, Mateo debía superar tres desafíos: encontrar la llave dorada escondida en el lago cristalino, descifrar el acertijo del búho sabio y vencer al temible dragón de fuego que custodiaba la salida del libro.
Determinado a regresar junto a su familia, Mateo aceptó el desafío y partió en búsqueda de la llave dorada.
Con ayuda de sus nuevos amigos, logró cruzar el lago cristalino evitando las trampas submarinas y finalmente encontró la llave oculta bajo una cascada arcoíris. -¡Lo logramos! -gritó emocionado mientras sostenía la llave brillante en sus manos. El siguiente desafío era descifrar el acertijo del búho sabio.
Tras meditar durante horas frente al imponente árbol ancestral donde habitaba el búho, Mateo comprendió que la respuesta estaba escrita en las estrellas. Observando detenidamente el cielo nocturno, logró descifrar el acertijo y ganarse así la bendición del ave sabia. Solo faltaba enfrentar al dragón de fuego para completar su misión.
Con valentía y estrategia, Mateo ideó un plan junto a Lucas y Martina para distraer al dragón mientras él alcanzaba la salida detrás de una cascada ardiente.
Gracias al trabajo en equipo y su ingenio, lograron engañar al feroz dragón y escapar victoriosos hacia casa. Al atravesar nuevamente la luz brillante que lo transportaría fuera del libro, Mateo se despidió emocionado de sus amigos prometiéndoles visitarlos siempre que quisiera vivir nuevas aventuras fantásticas.
De regreso en la biblioteca de su abuela con el corazón lleno de gratitud por haber vivido tan increíble experiencia, Mateo guardó aquel viejo libro con cariño sabiendo que siempre tendría un lugar especial reservado para él en su corazón llenándose así con hermosas historias e inolvidables recuerdos.
FIN.