La travesía en bicicleta



Fabián, Mario y Ana eran tres amigos que todos los días tomaban el autobús escolar para ir al colegio. En su camino, pasaban por calles llenas de señales de tránsito coloridas y llamativas.

Había semáforos que cambiaban de rojo a verde, indicando cuándo debían cruzar la calle con precaución. Los carteles de —"pare" , "ceda el paso" y "límite de velocidad" estaban presentes en cada esquina.

Mientras observaban por la ventana del bus, veían a la gente caminando apresurada por las aceras, algunos con expresiones enfadadas por el tráfico y el ruido de los coches. El humo que salía de los escapes contribuía a ensuciar el aire y hacerlo menos saludable para respirar.

Un día, cansados de ver tanta prisa y enojo en las calles, Fabián propuso una idea emocionante: ¡ir al colegio en bicicleta! Mario y Ana se entusiasmaron con la idea al instante.

Decidieron que al día siguiente dejarían el autobús escolar y se aventurarían en sus bicis por las calles de la ciudad. Al llegar a casa esa tarde, prepararon todo lo necesario para su nueva aventura: cascos brillantes, luces intermitentes para sus bicicletas y mochilas con agua y snacks saludables.

Estaban listos para enfrentarse al desafío. Al amanecer, partieron rumbo al colegio pedaleando con energía y alegría. Pasaron por hermosos parques llenos de árboles verdes donde podían escuchar el canto de los pájaros.

Las personas que encontraron en su camino iban sonrientes caminando o también en bicicleta. Cuando llegaron al colegio, se sentían felices y llenos de vitalidad después del paseo en bici.

Durante toda la jornada escolar compartieron su experiencia con sus compañeros, animándolos a probar formas alternativas de movilidad más amigables con el medio ambiente. A partir de ese día, Fabián, Mario y Ana continuaron utilizando sus bicicletas como medio de transporte habitual.

Descubrieron nuevos caminos pintorescos por la ciudad e inspiraron a otros niños a unirse a ellos en esta divertida aventura sobre ruedas. Así demostraron que no hace falta estar siempre apurado ni enfadado para llegar a tiempo o disfrutar del trayecto diario hacia la escuela.

Con determinación y creatividad lograron transformar un simple viaje cotidiano en una experiencia emocionante e inolvidable.

FIN.

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