La travesía frutal de Zorro y Niño
Había una vez en un bosque encantado, un zorro travieso llamado Renato y un niño curioso llamado Mateo.
Renato vivía en una madriguera bajo un árbol frondoso, mientras que Mateo vivía en una cabaña cerca del bosque con su abuela Clara. Una mañana soleada, Mateo fue a visitar a su amigo Renato para invitarlo a recolectar frutas deliciosas para llevarle a su abuela Clara.
Renato, emocionado por la idea de ayudar, aceptó de inmediato y juntos emprendieron la aventura. - ¡Vamos, Renato! ¡Hoy vamos a recolectar las mejores frutas para mi abuela Clara! - exclamó Mateo con entusiasmo. - ¡Claro que sí, Mateo! Será muy divertido ir juntos - respondió Renato moviendo su cola con alegría.
Caminaron por el bosque entre risas y canciones hasta llegar a un claro donde crecían manzanas rojas y jugosas. Sin embargo, al acercarse vieron que las manzanas estaban muy altas y fuera de su alcance.
- ¿Cómo podremos alcanzar esas manzanas tan altas? - preguntó Mateo preocupado. Renato sonrió con picardía y dijo: "No te preocupes, amigo. Déjame mostrarte algo".
Con agilidad y destreza, el zorro trepó por el árbol hasta llegar a las ramas más altas y comenzó a sacudirlas haciendo caer las manzanas al suelo para que Mateo las recogiera. - ¡Increíble, Renato! Eres realmente astuto - exclamó Mateo impresionado mientras recogía las manzanas caídas.
Después de llenar una cesta con deliciosas manzanas, continuaron su camino en busca de más frutas. Encontraron perales cargados de peras doradas y zarzales repletos de moras jugosas.
Cada vez que se encontraban con un obstáculo, Renato utilizaba su ingenio para superarlo y juntos lograban recolectar todas las frutas que necesitaban. Finalmente, al caer la tarde regresaron a la cabaña de Clara con la cesta rebosante de frutas frescas.
Al ver el regalo preparado por Mateo y Renato, la abuela Clara no pudo contener su emoción y les dio las gracias con lágrimas en los ojos. - ¡Qué maravillosa sorpresa me han traído! Estoy muy orgullosa de ustedes dos por trabajar juntos para hacerme feliz - dijo Clara abrazando cariñosamente al zorro y al niño.
Esa noche compartieron una cena llena de risas y alegría, disfrutando de las deliciosas frutas recolectadas en compañía de buenos amigos.
Desde entonces, Renato se convirtió en el fiel compañero de aventuras de Mateo e juntos siguieron explorando el bosque encantado en busca de nuevas experiencias llenas aprendizaje mutuo.
FIN.