La travesura de hada Violeta


Había una vez en un bosque encantado, un hada traviesa llamada Violeta. A diferencia de las otras hadas que siempre ayudaban a los demás, a ella le gustaba hacer travesuras y causar problemas por diversión.

Un día, mientras las otras hadas estaban ocupadas ayudando a los animales del bosque, Violeta decidió jugar una broma pesada. Usando su varita mágica, convirtió todas las flores del jardín en globos de agua.

Cuando las otras hadas regresaron y vieron el desastre, se pusieron tristes y preocupadas. - ¡Oh no! ¿Qué ha pasado aquí? -exclamó Luna, la líder de las hadas. - Fue Violeta, ella ha vuelto a hacer de las suyas -dijo Florinda con tono decepcionado.

Las hadas decidieron buscar a Violeta para pedirle explicaciones y pedirle que arreglara el desastre que había causado. Pero cuando llegaron a su casa en el árbol más alto del bosque, descubrieron que no estaba.

Violeta se había escondido en lo más profundo del bosque por miedo a enfrentarse a sus amigas enfadadas. Mientras tanto, el caos seguía extendiéndose por el bosque: los animales no tenían dónde dormir porque las flores-globos ocupaban todo espacio disponible.

Después de un rato de búsqueda infructuosa, Luna decidió hablar con los demás:- Debemos encontrar a Violeta y traerla de vuelta para que asuma la responsabilidad de sus actos. Así que todas salieron en busca de la traviesa hada.

Después de mucho tiempo buscando entre los rincones más recónditos del bosque, finalmente encontraron a Violeta llorando junto al arroyo. - ¿Por qué hiciste esto, Violeta? -preguntó Luna con voz serena pero firme-. Debes aprender que tus acciones tienen consecuencias y debes hacer frente a ellas.

Violeta levantó la mirada con ojos llenos de lágrimas y se disculpó sinceramente por primera vez en mucho tiempo. Las otras hadas notaron su arrepentimiento genuino y decidieron darle una oportunidad para redimirse.

Juntas trabajaron durante horas para revertir el hechizo de los globos de agua y devolver las flores al jardín. Al final del día, el bosque volvió a estar tan hermoso como siempre gracias al esfuerzo conjunto de todas las hadas, incluida Violeta.

Desde ese día en adelante, Violeta dejó atrás su comportamiento travieso y se convirtió en una hada solidaria y bondadosa.

Aprendió que ser parte de un equipo significa pensar en el bienestar colectivo y no solo en divertirse sin tener en cuenta a los demás. Y así, la historia del hada traviesa se convirtió en una lección para todos los habitantes del bosque: todos cometemos errores, pero lo importante es reconocerlos y trabajar juntos para solucionarlos.

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