La travesura responsable



En un pequeño pueblo de Argentina, había una aula llena de estudiantes de segundo año de secundaria. Entre ellos se encontraban María Paula, Diana, Samir y Jonah, quienes siempre estaban buscando nuevas aventuras y travesuras para hacer juntos.

Un día, el profesor Rolando anunció que iban a tener un paseo escolar al bosque cercano. Los chicos estaban emocionados por la idea de pasar el día fuera del salón de clases y explorar la naturaleza.

Sin embargo, también sabían que era una oportunidad perfecta para hacer alguna travesura. Cuando llegó el día del paseo escolar, los chicos se reunieron junto al profesor Rolando en la entrada del colegio.

El sol brillaba en lo alto y todos estaban listos para comenzar su aventura. Pero María Paula tenía algo planeado. "Chicos, ¿qué les parece si jugamos una broma al profesor Rolando?"- susurró María Paula con una sonrisa traviesa en su rostro.

Diana y Samir miraron a María Paula con curiosidad mientras Jonah asintió emocionado. Juntos idearon un plan para hacerle creer al profesor que se habían perdido en el bosque.

Mientras caminaban por el sendero del bosque, los chicos comenzaron a alejarse poco a poco del grupo principal sin que nadie se diera cuenta. Al cabo de unos minutos, se escondieron detrás de unos árboles y esperaron pacientemente. Pasaron varios minutos y finalmente escucharon voces preocupadas llamándolos desde lejos.

Era el profesor Rolando buscándolos desesperadamente junto al resto de sus compañeros. "¡Chicos, dónde están! ¡No se alejen del grupo!"- gritó el profesor Rolando.

María Paula y los demás contuvieron la risa mientras observaban cómo el profesor y sus compañeros buscaban frenéticamente por todas partes. Pero pronto, la diversión se convirtió en preocupación cuando vieron que el profesor estaba realmente angustiado. "Creo que ya es suficiente, chicos. No debimos hacer esto"- dijo María Paula con remordimiento.

Sin pensarlo dos veces, salieron de su escondite y corrieron hacia donde estaban todos. El profesor Rolando los abrazó al verlos a salvo pero también les regañó por su travesura irresponsable. "Entiendo que querían divertirse, pero no deben jugar con la seguridad de los demás.

Podrían haberse lastimado o perdido de verdad"- dijo el profesor seriamente. Los chicos asintieron avergonzados y prometieron no volver a hacer algo así nunca más.

Aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de pensar antes de actuar y cómo sus acciones pueden afectar a las personas a su alrededor. El resto del paseo escolar fue tranquilo y sin más travesuras.

Los chicos disfrutaron explorando el bosque junto al resto de sus compañeros bajo la atenta mirada del profesor Rolando. Al finalizar el día, volvieron al colegio con nuevas experiencias y aprendizajes que llevarían consigo para siempre.

Desde ese día, María Paula, Diana, Samir y Jonah comprendieron que la diversión puede ser encontrada en diferentes formas sin necesidad de poner en peligro a nadie. Aprendieron a valorar la seguridad y el bienestar de los demás, convirtiéndose en mejores personas y amigos.

Y así, con una travesura que no salió como esperaban, estos chicos descubrieron que las aventuras más emocionantes pueden ser aquellas que se viven de manera responsable y respetuosa.

FIN.

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