La tumba inusual de Soledad



En las profundidades de un frondoso compost en la localidad de El Bolsón yacía la tumba inusual de Soledad.

Antes de partir, Soledad le pidió a su esposo Blas un último deseo: ser enterrada en un lugar especial que reflejara su amor por la naturaleza. Blas, con el corazón apretado, llevó a cabo el último deseo de su amada esposa. Pasaron los días y el compost se transformó en un bello jardín lleno de vida.

Los niños del pueblo, curiosos, se acercaban a ver la extraña tumba. Una tarde, Pilar, una niña con grandes ojos curiosos, decidió explorar el lugar. Al acercarse, escuchó una risa suave, era Soledad hablándole desde el suelo.

Sorprendida, Pilar entendió que la tumba de Soledad no era un lugar de tristeza, sino un hogar para la naturaleza. A partir de ese día, Pilar y sus amigos cuidaron y embellecieron el jardín, manteniendo vivo el legado de Soledad.

FIN.

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