La Última Nota



Era 1979, y en el pequeño pueblo de Berabevú la vida transcurría tranquila. Sin embargo, Clara, una periodista de radio venadense, soñaba con grandes historias. Un día, su sueño se hizo realidad: debía cubrir la llegada de los Rolling Stones a Argentina, un evento que había paralizado al país entero.

Clara llegó al lugar de la entrevista con mucha ansiedad y un par de grabadoras. Mientras esperaba en un vestíbulo, escuchó a un grupo de reporteros hablando en voz baja.

"¿Escucharon? La banda está en la lista negra. Hay rumores sobre su llegada", decía uno.

"Sí, dicen que hay que tener cuidado, que podrían estar en peligro”, respondía otro.

El corazón de Clara comenzó a latir con fuerza. No podía permitir que algo les sucediera a los Rolling Stones, a los ídolos de su juventud. Sabía que su deber como periodista era proteger su historia y su música. Así que decidió actuar.

"¿Y si se esconden cuando lleguen?"- pensó Clara. "No, no puedo permitir que eso pase". Se acercó al grupo de reporteros y, con voz firme, dijo: "No creo que debamos esparcir rumores sin fundamento. Necesitamos permitir que la música hable por sí misma".

Un periodista mayor la miró sorprendido. "¿Y quién sos vos para decir eso?"

"Una periodista que cree que el arte y la música deben ser libres"- respondió Clara.

Cuando por fin los Rolling Stones llegaron, Clara sintió que el mundo se detenía. Todos estaban emocionados, y para ella, presenciar ese momento era como un sueño.

"Hola, Clara. ¿Listos para la gran charla?"- dijo Mick Jagger con su sonrisa encantadora. Clara, aún en shock, asintió.

La entrevista comenzó, pero Clara no podía dejar de pensar en los rumores que había escuchado. Así que decidió ser valiente.

"Chicos, ¿ustedes creen que la música se puede detener por el miedo?"- preguntó.

Las caras de los miembros de la banda se tornaron serias. "La música siempre encontrará el camino, Clara"- dijo Keith Richards.

"Eso es lo que nos mantiene vivos”, agregó Charlie Watts.

Clara sintió una chispa de inspiración. Entonces, les propuso una idea. "¿Qué les parece si hacemos un concierto sorpresa en el pueblo al que lleguen primero?"

"Esa es una gran idea, pero ¿y el riesgo?"- preguntó Ron Wood.

“¡Vale la pena! ”- clamó Clara. Después de deliberar, la banda aceptó asumir el riesgo por la música.

Después de la entrevista, Clara se despidió de ellos y salió a informar al pueblo. Todos quedaron intrigados por la jugosa historia de una futura presentación, pero Clara sabía que la verdadera historia sería el esfuerzo por crear un espacio seguro para que la música pudiera resonar sin barreras.

La semana siguiente, Clara y su pequeña radio en Venado Tuerto se convirtieron en el centro de atención. Y así, con el apoyo de su comunidad, lograron organizar un concierto sorpresa.

El día llegó y los Rolling Stones se presentaron en un pequeño campo, ante un público ansioso y emocionado. Entre risas, baile y música, el miedo se convirtió en alegría. Clara miró a su alrededor, sintiendo que su sueño se había convertido en realidad.

Cuando el concierto terminó, Mick se acercó a Clara: "Gracias por recordarnos que la música puede unir a la gente, incluso en tiempos oscuros".

Desde ese día, Clara no solo fue periodista, sino una defensora de la música y la libertad. Su historia inspiró a muchos, y por siempre se las recordará como la mujer que llevó a los Rolling Stones a su pequeño pueblo.

Y así, de Berabevú a las grandes ciudades, la música siempre siguió resonando, mostrando que el arte puede prevalecer sobre cualquier dificultad. Clara nunca olvidó esa lección y se dedicó a llevar historias que unieran al mundo, demostrando que la música es un lenguaje universal que trasciende cualquier barrera. Y que en tiempos oscuros, siempre hay espacio para la esperanza.

Fin.

FIN.

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