La unidad en el bosque



Había una vez en un pequeño pueblo cuatro amigos muy peculiares: Juanito, que hablaba con acento porteño; Martina, que hablaba con acento cordobés; Pablo, que hablaba con acento tucumano; y Sofía, que hablaba con acento rioplatense.

A pesar de sus diferencias lingüísticas, eran inseparables y siempre se divertían juntos. Un día, decidieron ir de excursión al bosque para explorar y descubrir aventuras emocionantes.

Mientras caminaban entre los árboles frondosos, escucharon un ruido extraño que venía de detrás de unos arbustos. Intrigados, se acercaron lentamente y descubrieron ¡un mapache travieso jugueteando con una pelota!"¡Mirá qué bicho más pillo!", exclamó Juanito asombrado. "Sí che, es re gracioso", dijo Martina riendo con su tonada cordobesa.

"¡Qué macana! Nunca vi algo así en Tucumán", expresó Pablo sorprendido. "Bueno chicos, tenemos que atraparlo antes de que haga alguna travesura mayor", sugirió Sofía con su típico acento porteño.

Decidieron idear un plan para capturar al mapache sin dañarlo y devolverlo a su hábitat natural. Juanito propuso rodearlo por un lado mientras Pablo distraía al animal imitando sonidos de la selva. Martina sugirió usar una red hecha con ramas y hojas para atraparlo sin lastimarlo.

Y Sofía pensó en hablarle al mapache en voz suave para calmarlo y ganarse su confianza. El plan estaba listo y comenzaron la operación rescate. Con mucho cuidado lograron acorralar al mapache hasta atraparlo en la red improvisada.

El pequeño animal los miraba curioso mientras ellos lo levantaban delicadamente para llevarlo de regreso al bosque. "¡Lo logramos! Somos un equipo increíble", exclamó Juanito emocionado. "Sí che, demostramos que juntos podemos resolver cualquier problema", agregó Martina orgullosa.

"¡Qué lindo gesto el salvar a este amiguito del bosque!", expresó Pablo contento. "Así es chicos, cuando trabajamos juntos somos imparables", concluyó Sofía sonriente.

Con el corazón lleno de alegría por haber ayudado al mapache travieso, los cuatro amigos regresaron al pueblo compartiendo anécdotas graciosas sobre su aventura en el bosque. Desde ese día entendieron que las diferencias no importan cuando se trata de colaborar y hacer el bien.

Y así continuaron viviendo nuevas experiencias llenas de diversión e amistad en su colorido pueblo.

FIN.

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