La unión de la montaña


Había una vez una montaña alta y majestuosa que se alzaba sobre un valle verde y frondoso. En la cima de la montaña vivían muchos animales, como zorros, conejos y pájaros.

Una noche, mientras los animales dormían en sus madrigueras o nidos, un rayo cayó sobre un árbol cercano y lo incendió. Las llamas rápidamente comenzaron a extenderse hacia las cuevas de los animales. Los zorros fueron los primeros en darse cuenta del peligro.

Rápidamente comenzaron a correr por la montaña gritando:-¡Fuego! ¡Fuego! Los conejos, despertados por el ruido, asomaron sus cabezas fuera de las madrigueras. Al ver las llamas acercándose rápidamente, empezaron a sentir miedo. -¿Qué vamos a hacer? -preguntó uno de ellos.

-No podemos quedarnos aquí -respondió otro-. Tenemos que buscar un lugar seguro donde refugiarnos. Mientras tanto, los zorros corrían por toda la montaña buscando una solución para apagar el fuego.

Finalmente encontraron una pequeña laguna cerca de la base de la montaña. Allí se pusieron a trabajar juntos para llenar sus bocas con agua y llevarla hasta el incendio. Por su parte, los conejos decidieron seguirlos e intentar ayudarlos como pudieran.

Aunque eran más pequeños y menos fuertes que los zorros, todos trabajaban juntos con mucha determinación para salvar su hogar en la montaña. Finalmente lograron extinguir el fuego justo antes de que llegara a las cuevas de los animales.

Exhaustos pero aliviados, se reunieron en la cima de la montaña para descansar y celebrar su victoria. -¡Lo logramos! -exclamó uno de los conejos-. Gracias por salvarnos. -Los zorros son muy valientes y fuertes -dijo otro conejo-.

Pero también saben trabajar en equipo y ayudar a los demás. Así aprendieron una gran lección: cuando trabajamos juntos, podemos superar cualquier obstáculo. Y así, la montaña siguió siendo un hogar seguro para todos sus habitantes gracias a la colaboración de zorros y conejos.

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