La unión de tres amigos



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altas montañas, una niña llamada Shanttal.

Desde muy pequeña, Shanttal había soñado con tener su propio caballo para poder recorrer los caminos y sentir el viento en su rostro. Un día, su padre le regaló un hermoso caballo blanco con manchas marrones que llamaron —"Caramelo" . Desde ese momento, Shanttal y Caramelo se volvieron inseparables. Juntos exploraban los bosques, cruzaban riachuelos y galopaban por las colinas.

La niña cuidaba con amor a su fiel amigo, cepillaba su pelaje brillante y le daba deliciosas zanahorias como premio por ser tan obediente.

Un día de primavera, mientras paseaban por el campo, escucharon unos gritos desesperados provenientes de un sendero cercano. Al acercarse, descubrieron que un pobre perrito estaba atrapado en un pozo profundo y no podía salir. Sin dudarlo ni un segundo, Shanttal decidió ayudarlo.

"Tranquilo perrito, vamos a sacarte de ahí", dijo Shanttal con determinación. Con la ayuda de Caramelo, la valiente niña logró bajar al pozo utilizando una cuerda y rescatar al indefenso animalito. El perrito lamió agradecido la mano de Shanttal mientras ella lo abrazaba con ternura.

"¡Gracias por salvarme!", dijo el perrito moviendo la cola feliz. A partir de ese día, el perrito llamado —"Lucky"  se convirtió en parte de la familia junto a Shanttal y Caramelo.

Los tres amigos vivían aventuras juntos, explorando nuevos lugares y ayudando a quienes lo necesitaban en el pueblo. Una tarde de otoño, una fuerte tormenta azotó la región causando estragos en los campos y asustando a los animales del lugar.

Muchos árboles cayeron bloqueando los caminos y algunas casas sufrieron daños. Sin pensarlo dos veces, Shanttal decidió organizar a todos los habitantes para trabajar juntos en limpiar el pueblo. "¡Vamos amigos! Si trabajamos en equipo podremos hacer frente a esta situación", exclamó Shanttal con energía.

Con la ayuda de Caramelo cargando troncos caídos y Lucky animando con sus ladridos a los demás vecinos, lograron restablecer la normalidad en poco tiempo. El pueblo quedó más unido que nunca gracias al esfuerzo colectivo liderado por la valiente niña.

Desde entonces, cada vez que alguien necesitaba ayuda o se encontraba en apuros sabían que podían contar con Shanttal, Caramelo y Lucky para salir adelante juntos.

La amistad entre ellos era inquebrantable como las montañas que rodeaban aquel hermoso lugar donde vivían felices para siempre.

FIN.

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