La unión del zorro y el oso



Había una vez un cuervo llamado Ciro que vivía en el bosque. A diferencia de los demás cuervos, Ciro era amable y siempre trataba de ayudar a los demás animales.

Un día, mientras volaba por el bosque, se encontró con un camaleón llamado Camilo. Camilo era conocido por su habilidad para cambiar de color y confundirse con su entorno. Sin embargo, también tenía fama de ser muy egoísta y nunca ayudaba a nadie.

Al verlo, Ciro decidió acercarse y saludarlo. "¡Hola, Camilo! ¿Cómo estás hoy?" -dijo Ciro con una sonrisa en el pico. Camilo lo miró desconfiado y respondió fríamente: "No necesito tu saludo ni tu ayuda.

Soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo". Ciro no se dejó intimidar por la actitud grosera de Camilo y decidió seguir siendo amable con él. Le ofreció compartir su comida e incluso le explicó cómo podían trabajar juntos para ayudar a otros animales del bosque.

"Camilo, si trabajamos juntos, podríamos hacer grandes cosas. Podríamos encontrar comida más fácilmente o ayudar a construir nidos seguros para las aves pequeñas", dijo Ciro emocionado.

Camilo se burló del cuervo y cambió rápidamente de color para confundirse con el árbol en el que estaban posados. "¿Ves? Yo puedo hacer esto sin tu ayuda", dijo orgulloso. Pero esa noche, mientras buscaban comida cada uno por su lado, ocurrió algo inesperado.

Una fuerte tormenta azotó el bosque y Ciro se perdió en medio de la oscuridad y la lluvia. Desesperado, buscó refugio pero no encontraba nada. En ese momento, Camilo apareció frente a él, cambiando de color para resaltar en medio de la tormenta.

"¡Ciro! ¡Sígueme!", gritó mientras volaba hacia un árbol hueco donde podrían estar a salvo. Ciro quedó asombrado por la ayuda inesperada de Camilo. Juntos se refugiaron en el árbol hasta que pasara la tormenta.

Al día siguiente, cuando amaneció soleado, Ciro le agradeció a Camilo por salvarlo y le dijo: "Camilo, gracias por ayudarme anoche. Me has enseñado una gran lección sobre el verdadero significado de ser amable".

Camilo bajó su cabeza avergonzado y admitió: "Siempre pensé que podía cuidar de mí mismo sin necesitar a nadie más. Pero ahora veo lo importante que es trabajar juntos y ayudarnos mutuamente". A partir de ese día, Ciro y Camilo se hicieron amigos inseparables.

Juntos recorrieron el bosque ayudando a los demás animales y demostrándoles que cuando trabajamos en equipo podemos lograr cosas maravillosas. Y así fue como aquella experiencia cambió la actitud egoísta del camaleón Camilo.

Aprendió a valorar la amistad y descubrió lo gratificante que es ayudar a los demás. Desde entonces, todos los animales del bosque aprendieron una valiosa lección: ser amable con los demás siempre trae alegría y satisfacción, y trabajar en equipo nos hace más fuertes.

FIN.

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