La Vaca Asombrada
Era un tranquilo día en la granja. El sol brillaba y todos los animales disfrutaban de la calidez. Pero había una vaca llamada Lila que se sentía algo diferente. En el espejo de la granja, Lila se miró y pudo ver que su cuerpo estaba cambiando. Se asustó y comenzó a preguntar a sus amigos.
"Hola, Cabra, ¿has visto cómo estoy creciendo? Siento que soy diferente, y no sé si debería preocuparme." - dijo Lila, moviendo sus orejas nerviosamente.
"Yo también he estado sintiendo cambios, Lila. A veces me miro y ya no soy esa cabra pequeña de antes. Pero creo que es algo natural. ¿No lo crees, Gallina?" - respondió la Cabra, rumiando su heno.
La Gallina picoteó el suelo y levantó la cabeza.
"¡Oh, Lila! Yo he cambiado mucho también. Ahora mis plumas son más brillantes y mis huevos son más grandes. Creo que todos en esta granja estamos creciendo y haciendo cosas nuevas. Es parte de la vida." - afirmó la Gallina con confianza.
Lila se sintió un poco mejor, pero aún tenía dudas. Entonces, se acercó al Pato, que estaba chapoteando en el estanque.
"¡Pato! ¿Tú también sientes que estás cambiando?" - preguntó Lila.
"Sí, Lila. Mis alas son más fuertes y me siento más ágil en el agua. Cambiar es genial, ¡y así puedo volar más alto!" - contestó el Pato, nadando en círculos.
Lila estaba recuperando la calma, pero aún buscaba más respuestas. Entonces, vio a su amigo el Loro, que siempre tenía una palabra sabia.
"Loro, ¿es normal sentir miedo por los cambios?" - preguntó.
"Claro que sí, Lila. Todos sentimos miedo a veces. Pero estos cambios son parte del crecer. Al igual que tú, yo también estoy aprendiendo a cantar mejor y a volar más alto. Lo importante es que esos cambios nos hacen especiales, cada uno a su manera." - contestó el Loro.
Entonces, Lila miró a todos sus amigos y se dio cuenta de que no estaba sola. Ellos también estaban atravesando cambios, pero todos se adaptaban y aprendían en el camino. Fue entonces cuando se le ocurrió una idea brillante.
"¿Y si hacemos una celebración de nuestros cambios?" - propuso emocionada. "Podemos mostrarnos lo que hemos aprendido y celebrar lo que somos ahora."
Los amigos se miraron con entusiasmo.
"¡Sí! ¡Hagamos una fiesta!" - gritó la Cabra, saltando de alegría.
El Pato aplaudió con sus alas, la Gallina comenzó a poner huevos de colores, y el Loro se preparó para un extraordinario canto.
El día de la fiesta llegó, y el campo se llenó de risas y alegría. Cada uno mostró lo que había aprendido con sus nuevos talentos: Lila, la vaca que había temido sus cambios, fue la estrella de la fiesta al brillar con su nuevo tamaño y fortaleza. La Gallina presentó un colorido desfile de huevos, el Pato nadó con gracia, y el Loro cantó tan hermoso que todos se quedaron maravillados.
Lila, al final del día, sintió algo que no podía explicar: una gran felicidad por ser quien era, y por el hermoso camino del crecimiento que todos compartían.
"Gracias a todos por acompañarme en este viaje. He aprendido que crecer puede ser aterrador, pero también es una oportunidad para brillar más y ser mejores amigos. ¡Celebremos la magia de crecer juntos!" - exclamó Lila, mientras todos brindaban por sus cambios y aventuras.
Y así, la granja aprendió que los cambios son parte de la vida, y que, aunque a veces puedan dar miedo, siempre llevarán a algo hermoso.
FIN.