La Vaca Globo y el Sueño de Volar
Érase una vez en una granja colorida y chirriante, donde los animales eran amigos y compartían aventuras todos los días. En esta granja vivía una vaca muy especial llamada Vaca Globo. A diferencia de las demás vacas, Vaca Globo tenía un gran sueño: ¡quería volar!
Un día, mientras todos en la granja estaban ocupados, Vaca Globo miró al cielo azul y sus ojos brillaron con emoción.
"¡Oh, cómo me gustaría subir hasta las nubes!" - suspiró Vaca Globo.
Su amigo, el gallo Lucho, la escuchó y se acercó a ella.
"¿Por qué querés volar, Vaca Globo?" - preguntó Lucho con curiosidad.
"Porque veo a las aves volar tan alto y creo que debe ser maravilloso ver el mundo desde arriba. ¡Quiero tocar las nubes!" - respondió Vaca Globo, mientras saltaba de alegría.
Lucho pensó un momento y dijo:
"Pero, Vaca Globo, ¡no podés! ¡Las vacas no vuelan!"
Vaca Globo se puso un poco triste al escuchar esto, pero luego sonrió y dijo:
"Tal vez no vuelen, pero yo soy una Vaca Globo. Tal vez, si consigo un par de globos, pueda hacerlo."
Así que esa misma tarde, decidió buscar globos. Fue a donde el granjero Don Manuel, quien siempre sacaba globos para las fiestas de los niños.
"¡Don Manuel!" - gritó Vaca Globo. "¿Me podés dar algunos globos?"
Don Manuel, riéndose, le respondió:
"Claro, Vaca Globo, pero ¿qué vas a hacer con ellos?"
"Voy a volar, por supuesto!" - exclamó ella con mucha energía.
El granjero se rió, pero le dio globos de colores. Vaca Globo estaba más feliz que nunca. Luego, reunió a todos sus amigos para mostrarles su plan.
"¡Voy a volar!" - dijo emocionada. "¡Voy a atar estos globos a mi lomo y subir al cielo!"
Los animales estaban entusiasmados, pero un poco preocupados.
"¿Está seguro que eso es seguro, Vaca Globo?" - preguntó la oveja Lucía.
"¡Sí! ¡Voy a ser la primera vaca que vuela!" - respondió, llena de confianza.
Así, Vaca Globo se ató los globos a su lomo y, con la ayuda de Lucho y otros animales, corrió y saltó. Para su sorpresa, un pequeño impulso la levantó del suelo.
"¡Miren, estoy volando!" - gritó mientras subía, pero pronto se dio cuenta de que no controlaba su dirección.
"¡Vaca Globo, cuidado!" - gritó Lucho asustado.
Vaca Globo empezó a desplazar su peso, pero una ráfaga de viento la llevó hacia un lado. De repente, se encontró volando sobre la granja y vio todo desde las nubes.
"¡Es hermoso!" - exclamó ella emocionada, pero al realizarlo se asustó.
"No puedo bajar, ayuda, amigos!" - gritó.
"¡Tranquila, nosotros estamos aquí!" - dijo Lucía mientras todos hacían un plan.
Lucho y los demás animals empezaron a saltar y a hacer ruido para llamar la atención de don Manuel, quien al ver a Vaca Globo volando, corrió al campo con un paracaídas.
"¡Voy a ayudar a Vaca Globo!" - gritó el granjero.
Con gran destreza, Don Manuel se colocó en el campo, esperando su aterrizaje. Cuando Vaca Globo se iba acercando al suelo, el granjero estiró el paracaídas y, con su ayuda, logró que Vaca Globo descendiera suavemente.
"¡Lo logré, volé!" - dijo emocionada Vaca Globo al tocar el suelo.
"¿Pero fue divertido?" - preguntó el gallo Lucho, todavía un poco asustado.
"¡Fue increíble, pero ahora sé que no debo volar así otra vez!" - respondió Vaca Globo riendo.
Desde ese entonces, Vaca Globo se convirtió en la vaca más aventurera de la granja, sabiendo que aunque se pueden hacer cosas increíbles, a veces es mejor dejar los vuelos para aquellos que saben manejar el viento.
Y así, Vaca Globo siguió soñando, pero siempre con los pies en la tierra y rodeada de sus amigos.
Los animales aprendieron que alentar a los amigos en sus sueños está bien, pero siempre hay que considerar la seguridad.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.