La valentía de Blancanieves



Blancanieves era una princesa muy amable y bondadosa. A pesar de la maldad de su madrastra, ella siempre trataba de encontrar la belleza en las pequeñas cosas de la vida.

Un día, mientras Blancanieves paseaba por el bosque, se encontró con siete enanitos que vivían allí. Eran simpáticos y trabajadores, y rápidamente se hicieron amigos. Juntos, compartían risas y alegrías mientras cuidaban del bosque.

La madrastra de Blancanieves estaba celosa de su belleza y decidió deshacerse de ella para siempre. Ideó un plan malvado: contrató a un cazador para que llevara a Blancanieves al bosque y la matara.

El cazador llevó a Blancanieves al corazón del bosque, pero cuando llegaron allí, no tuvo el corazón para hacerle daño. Le contó sobre el plan malvado de la madrastra y le dijo que corriera lo más lejos posible. Blancanieves estaba asustada pero valiente. Decidió seguir adelante sin mirar atrás.

Corrió hasta que sus piernas ya no podían más y finalmente encontró una pequeña cabaña donde los enanitos vivían. Cuando los enanitos vieron a Blancanieves tan cansada y triste, decidieron ayudarla. La acogieron como parte de su familia y prometieron protegerla siempre.

Mientras tanto, la madrastra malvada descubrió que Blancanieves seguía viva gracias al espejo mágico que tenía en su castillo. Llena de ira, decidió tomar medidas drásticas. Decidió convertirse en una anciana y engañar a Blancanieves con una manzana envenenada.

Un día, cuando los enanitos se fueron a trabajar, la madrastra malvada llegó disfrazada de anciana y le ofreció la manzana a Blancanieves. La princesa, confiando en su bondad innata, aceptó la fruta sin sospechar nada.

Blancanieves cayó en un sueño profundo y parecía que no había esperanza para ella. Los enanitos regresaron y encontraron a Blancanieves dormida. Fueron corriendo al rescate y buscaron ayuda desesperadamente.

En ese momento, un príncipe valiente pasaba por el bosque y escuchó sobre lo que le había sucedido a Blancanieves. Corrió hacia la cabaña de los enanitos e intentó despertarla con un beso de amor verdadero. El beso mágico del príncipe rompió el hechizo de la manzana venenosa.

Blancanieves despertó felizmente, rodeada por los enanitos que lloraban de alegría. La madrastra malvada fue castigada por sus acciones crueles y nunca más volvió a molestar a nadie del reino.

A partir de ese día, Blancanieves aprendió que no importa cuán malas sean las personas que te rodean, siempre hay bondad y amor para encontrar si miras lo suficientemente cerca. Blancanieves vivió felizmente junto con los enanitos y el príncipe valiente hasta el final de sus días.

Siempre recordaron las lecciones valiosas que aprendieron y cómo el amor y la amistad pueden superar cualquier maldad en el mundo.

FIN.

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