La valentía de Camila



Camila era una niña muy estudiosa y responsable. Siempre estaba en su habitación, rodeada de libros y cuadernos, disfrutando de aprender todo lo que podía. Sin embargo, en la escuela, tenía problemas para relacionarse con sus compañeros.

Era muy tímida y le costaba entablar amistades. Vivía en una linda casa, pero se sentía sola en la escuela.

A pesar de todo, Camila tenía amigos divertidos que la apoyaban y le sacaban una sonrisa, aunque eso no cambiaba su sentir en la escuela. Un día, un chico apuesto y deportista, llamado Lucas, se acercó a hablar con ella. -Hola, ¿cómo estás? Nunca te he visto por la cancha de deportes. -Hola, yo...

no soy muy buena en deportes, así que suelo evitar la cancha -respondió Camila tímidamente. -Bueno, podrías intentarlo. Te ayudaré si quieres. Lucas le sonrió amablemente. A partir de ese día, Lucas animó a Camila a unirse a las actividades deportivas.

Aunque al principio titubeaba, la compañía de Lucas le dio la confianza que necesitaba. Poco a poco, Camila se fue integrando al grupo de deportes, con la ayuda de Lucas y sus amigos.

Con el tiempo, su timidez disminuyó, y comenzó a disfrutar de la escuela de otra manera. Descubrió que la valentía no estaba en ser la mejor en todo, sino en animarse a probar cosas nuevas y superar sus miedos.

Agradecida con la amistad de Lucas, Camila también ayudó a otros niños que se sentían solos en la escuela. Juntos, hicieron de la escuela un lugar más acogedor para todos. Camila aprendió que ser valiente no significa no tener miedo, sino enfrentarlo y seguir adelante.

Con el apoyo de sus amigos, descubrió que podía lograr mucho más de lo que había imaginado.

FIN.

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