La valentía de Ester



Érase una vez, en un grandioso reino de Persia, una joven llamada Ester. Ester era una chica amable y generosa que vivía con su primo Mordejai, quien la crió como si fuera su propia hija. Un día, el rey de Persia decidió elegir una nueva reina. Él eligió a las chicas más bellas del reino para que compitieran por su corazón, y Ester fue una de ellas.

Cuando llegó al palacio, Ester sentía miedo y emoción a la vez. Nunca había estado en un lugar tan grande y majestuoso.

"Mordejai, ¿y si no me eligen?" - dijo Ester con preocupación.

"No te preocupes, querida. Eres especial, y el rey verá eso. Solo sé tú misma" - le respondió Mordejai con una sonrisa.

Ester decidió seguir su consejo. Durante la selección, ella fue amable y sincera con todos, incluso con las sirvientas, ganándose su amistad. Con el tiempo, el rey notó su bondad y su belleza, y la eligió como su reina.

Pero, a pesar de su felicidad, Ester pronto se enteró de un plan maligno que amenazaba a su pueblo, los judíos. Un hombre malvado llamado Amán quería destruir a todos los judíos del reino. Mordejai, que estaba muy preocupado, se acercó a Ester y le dijo:

"Ester, debes hacer algo. Tienes acceso al rey. Si no actúas, nuestra gente será destruida".

Ester sintió un nudo en el estómago.

"Pero, ¿cómo puedo hacerlo? Si entro al salón del rey sin ser llamada, podría ser castigada" - respondió ella, temblando de miedo.

Mordejai miró a su prima con seriedad.

"Tal vez, solo tal vez, hayas sido elegida para este momento. La valentía no siempre es fácil, pero puedes cambiar el destino de nuestro pueblo".

Ester pensó durante toda la noche. Finalmente, decidió que tenía que enfrentarse al rey. Al amanecer, se vistió con su mejor vestido y se preparó para ir al salón real.

Cuando Ester entró, sintió todos los ojos mirándola. El rey, sorprendido y encantado, le sonrió.

"Ester, ¿qué deseas?" - preguntó él, visiblemente interesado.

Con el corazón latiendo rápido, Ester reunió todas sus fuerzas y respondió:

"Oh rey, me atrevo a hablar en nombre de mi pueblo. Hay un hombre en tu reino, Amán, que ha planeado hacerles daño a los judíos. Luego de escuchar tu decreto, me siento muy angustiada y no puedo quedarme en silencio".

El rey se quedó boquiabierto y miró a Amán, quien se veía desconcertado. Cuando el rey escuchó los planes de Amán, se enfureció y decidió proteger a Ester y a su pueblo.

"Amán ha cometido un grave error. ¡Ahora él enfrentará las consecuencias de sus acciones!" - gritó el rey, lleno de determinación.

Gracias a la valentía de Ester, su pueblo fue salvado y toda Persia celebró el triunfo de la justicia.

Ester se convirtió en un símbolo de coraje y amistad. En su palacio, siempre recordaba lo valioso que era cuidar a los que nos rodean y hacer siempre lo correcto, sin importar lo difícil que pueda parecer.

La historia de Ester se compartió de generación en generación, inspirando a niños y adultos a ser valientes y a defender lo que es justo, demostrando que la valentía de una sola persona puede cambiar el destino de muchos.

Y así, el reino prosperó, y Ester siempre será recordada como la reina que se atrevió a hablar y defender a su pueblo.

Fin.

FIN.

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