La valentía de Jaz


Jaz era una niña muy tímida y callada. Siempre se quedaba sentada en su pupitre durante los recreos, sin interactuar con sus compañeros de clase.

Pero, un día, la profesora organizó un concurso de talentos para los estudiantes y Jaz decidió participar. - ¿Qué vas a hacer en el concurso, Jaz? - preguntó su amiga Lucía. - Voy a cantar y bailar - respondió Jaz tímidamente.

Lucía sonrió y le dio ánimos: "¡Vas a ser genial! ¡Tienes una voz hermosa!"Jaz practicó incansablemente durante las siguientes semanas. Cantaba todas las noches en su habitación mientras ensayaba sus pasos de baile. Con cada práctica, se sentía más segura de sí misma.

Finalmente llegó el gran día del concurso. Los estudiantes llenaron el salón de actos y esperaron ansiosamente a que comenzara la competencia. Cuando fue el turno de Jaz, ella subió al escenario temblando pero determinada.

Comenzó a cantar una canción animada mientras hacía unos movimientos divertidos con sus brazos. Al principio estaba nerviosa, pero pronto comenzó a sentirse cómoda sobre el escenario. Su voz sonaba fuerte y clara mientras seguía bailando.

La audiencia aplaudía entusiasmada mientras ella continuaba cantando y bailando sin parar. Incluso algunos niños empezaron a imitar sus movimientos desde sus asientos. Cuando terminó su presentación, todos se pusieron de pie para ovacionarla. - ¡Eres increíble! - exclamó Lucía acercándose para abrazarla.

Jaz sonrió radiante y se sintió feliz por primera vez en mucho tiempo. Había superado su timidez gracias a la música y el baile. Ahora, sabía que podía lograr cualquier cosa si se lo proponía. Desde ese día, Jaz nunca dejó de cantar y bailar.

Incluso organizó un grupo de baile con sus amigos para presentarse en eventos escolares y comunitarios. Gracias a su talento, logró hacer muchos nuevos amigos y ser más extrovertida.

La música y el baile habían cambiado su vida para siempre.

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