La valentía de Jime en el estadio


Jime y Nere eran dos amigas inseparables que compartían todo juntas, desde los juegos hasta las aventuras más locas. Un día, decidieron ir a ver el partido de fútbol de su equipo favorito: Atlético.

Cuando llegaron al estadio, se encontraron con una multitud de personas que vestían la camiseta del equipo y cantaban con mucha pasión. Jime y Nere se emocionaron tanto que no pudieron evitar unirse a ellos. - ¡Vamos Atlético! -gritó Jime emocionada.

- Sí, vamos a ganar -dijo Nere emocionada también. De repente, un grupo de hombres empezó a empujarlas para pasar por encima de ellas hacia la primera fila.

Jime y Nere se sintieron asustadas e intimidadas por la situación, pero no querían perderse ni un solo momento del partido. - ¡Oigan! ¿Por qué nos empujan? -preguntó Jime molesta. - Cállate pendeja -le respondió uno de los hombres groseramente.

Nere notó el miedo en los ojos de su amiga y decidió actuar rápidamente para protegerla. Tomándola del brazo, trató de salir del tumulto hacia un lugar más seguro en la tribuna.

Pero cuando intentaron moverse entre la multitud hinchada por el juego, alguien accidentalmente golpeó a Nere en el rostro haciendo que cayera al suelo. Los hinchas cercanos rieron ante lo ocurrido y siguieron enfocados en apoyar al equipo sin importarles quienes estuvieran cerca o si necesitaban ayuda.

Jime corrió hacia ella para ayudarla a levantarse, pero Nere estaba lastimada y no podía ponerse de pie por sí misma. - Por favor, ayúdame Jime -dijo Nere con lágrimas en los ojos. Jime se sintió desesperada al ver a su amiga así.

Pero recordó las veces que habían entrenado juntas en el parque y cómo habían aprendido técnicas básicas de primeros auxilios. - Tranquila Nere, sé qué hacer -le dijo Jime tratando de mantener la calma.

Con mucho cuidado, Jime le aplicó algunas técnicas de primeros auxilios y esperó hasta que la herida mejorara un poco. Cuando Nere estuvo lista para caminar nuevamente, ambas decidieron ir hacia otro lugar más seguro donde pudieran disfrutar del partido sin temor a ser lastimadas nuevamente.

Mientras caminaban hacia una zona menos congestionada, Jime observó que muchos hinchas parecían estar demasiado enfocados en ganar el partido sin importarles si alguien resultaba herido o no.

Entonces decidió hacer algo al respecto:- ¡Esperen! -gritó Jime mientras se subía sobre un cajón cercano para poder ser vista por todos los asistentes-. ¿No ven lo que están haciendo? Están empujando y lastimando a personas inocentes sólo porque quieren ganar el partido. Eso no está bien.

Debemos respetarnos unos a otros y apoyar nuestro equipo sin dañarnos mutuamente. Los hinchas la escucharon atentamente mientras ella les contaba su historia personal con Nere y les pedía que actuaran con responsabilidad y respeto hacia los demás.

Al final del partido, Jime y Nere regresaron a su casa felices de haber disfrutado del juego sin haberse lastimado. Pero también se sintieron orgullosas de haber tomado una posición valiente para defender lo que era correcto.

Y esa noche, mientras se acostaban en sus camas, se prometieron mutuamente siempre actuar con responsabilidad y respeto hacia los demás, incluso en situaciones difíciles.

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