La valentía de la amistad



Había una vez, en tierras muy lejanas, una princesa llamada Valentina. Era conocida por su belleza y dulzura, pero también por estar protegida por un feroz dragón llamado Drako.

El rey y la reina habían decidido que así sería hasta que Valentina encontrara a un valiente príncipe que pudiera ganarse su corazón. Valentina anhelaba explorar el mundo fuera de los muros del castillo y conocer a personas diferentes.

Sin embargo, el imponente dragón siempre estaba a su lado, vigilante y listo para atacar a cualquier intruso. La princesa se sentía atrapada y soñaba con encontrar una solución. Un día, mientras paseaba por los jardines del castillo, Valentina escuchó un ruido extraño proveniente de unos arbustos cercanos.

Se acercó sigilosamente hacia allí y descubrió a un joven apuesto llamado Mateo tratando de esconderse. "¿Quién eres tú?"- preguntó Valentina con curiosidad. Mateo se sorprendió al verla pero rápidamente recuperó la compostura.

"Soy Mateo, un aventurero en busca de emociones y tesoros ocultos". Valentina sonrió encantada. "¡Eso suena fascinante! Pero mi amigo Drako me impide salir del castillo". Mateo reflexionó durante unos segundos antes de tener una idea brillante.

"Princesa Valentina, ¿qué tal si te enseño cómo hacer amigos con los dragones?"La princesa quedó perpleja ante la propuesta de Mateo. "¿Es eso posible? ¿Podría lograr que Drako sea mi amigo y no solo mi protector?""¡Claro que sí!"- exclamó Mateo con entusiasmo.

"Los dragones son criaturas inteligentes y leales. Solo necesitamos mostrarle a Drako que no somos una amenaza". Juntos, Valentina y Mateo comenzaron a planear cómo acercarse al imponente dragón sin asustarlo.

Decidieron llevarle regalos, como comida deliciosa y objetos brillantes, para mostrarle su buena intención. El día llegó y Valentina se acercó temerosa pero decidida hacia el dragón mientras llevaba un plato lleno de frutas exquisitas. "Drako, sé que has estado protegiéndome todo este tiempo.

Pero hoy quiero mostrarte mi gratitud y amistad". El dragón levantó la cabeza y olfateó el aire cauteloso. "Nunca pensé que alguien pudiera acercarse tanto sin temor a mí", dijo en voz baja.

Valentina extendió su mano hacia él con confianza. "Amigo Drako, ¿me permitirías ser tu amiga?"Drako miró a Valentina fijamente durante unos instantes antes de inclinar la cabeza en señal de aceptación.

Desde ese día, la princesa Valentina y el Dragón Drako se convirtieron en los mejores amigos. Poco después, Mateo propuso una idea aún más emocionante: viajar juntos por todas las tierras lejanas para ayudar a otros reinos en problemas.

La princesa aceptó encantada, sabiendo que tenía un valiente príncipe como compañero de aventuras y un fiel amigo dragón a su lado. Así, Valentina, Mateo y Drako se embarcaron en una serie de aventuras emocionantes.

Ayudaron a rescatar a los aldeanos de un malvado hechicero, encontraron tesoros perdidos y llevaron alegría y esperanza a todos los reinos que visitaron. La historia de la princesa Valentina y su amistad con el dragón Drako se convirtió en leyenda en todas las tierras lejanas.

Y desde aquel día, los niños aprendieron que la verdadera valentía no solo radica en enfrentar peligros, sino también en encontrar amigos inesperados y construir puentes de amistad donde antes solo había miedos.

FIN.

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