La valentía de la bruja Lila



En un pequeño pueblo rodeado de bosques frondosos y ríos cristalinos, vivía una bruja llamada Lila. Lila era conocida por sus habilidades en la medicina natural, ya que preparaba remedios con plantas y hierbas que recolectaba en el bosque.

Sin embargo, su peculiar forma de vida y sus costumbres ancestrales la hacían ser temida y discriminada por los habitantes del pueblo.

A pesar de todo, Lila seguía adelante con su labor, ayudando a quien lo necesitara sin importar las críticas que recibiera. Ella hablaba con los animales del bosque, quienes le contaban secretos sobre las plantas y le mostraban dónde encontrar las más poderosas para curar cualquier enfermedad. Un día, la hija del alcalde cayó gravemente enferma.

Ningún médico ni curandero del pueblo podía encontrar la solución para su extraña dolencia. Desesperado, el alcalde decidió recurrir a Lila, a pesar de todas las advertencias de los demás.

Al llegar a la humilde cabaña de la bruja, el alcalde le suplicó que ayudara a su hija. Lila escuchó atentamente los síntomas y sintió en su corazón que solo una planta muy especial podía salvarla.

Pero esta planta se encontraba en lo más profundo del bosque, en un lugar secreto donde solo algunos animales sabían cómo llegar. Lila cerró los ojos y se concentró en llamar a uno de sus amigos más fieles: un zorro astuto llamado Pancho.

Con voz suave y respetuosa, le pidió ayuda para encontrar la planta milagrosa que curaría a la hija del alcalde. "Pancho querido, necesito tu valiosa ayuda para salvar a alguien muy importante en el pueblo.

¿Podrías guiarme hasta donde crece la Flor Estelar?"El zorro asintió con entusiasmo y juntos emprendieron el camino hacia lo desconocido. Atravesaron ríos caudalosos, subieron colinas empinadas y sortearon obstáculos gracias a la astucia de Pancho.

Finalmente llegaron a un claro en medio del bosque donde brillaba una flor resplandeciente: la Flor Estelar. Lila recolectó cuidadosamente algunas hojas y flores mientras Pancho vigilaba atento por si algún peligro acechaba.

De regreso en el pueblo, prepararon una infusión con las hojas de la Flor Estelar siguiendo un antiguo ritual ancestral transmitido por generaciones. La hija del alcalde bebió lentamente el brebaje mientras todos esperaban con ansiedad. Poco a poco, el color volvió a sus mejillas y sus ojos recuperaron el brillo perdido.

La niña abrió los ojos sorprendida al ver frente a ella a Lila y Pancho sonriéndole cálidamente.

El alcalde no podía contener las lágrimas de alegría al ver a su hija sana gracias a la valentía y sabiduría de aquellos que antes habían sido rechazados por ser diferentes. Desde ese día, Lila fue aceptada por todos en el pueblo como una heroína capaz de obrar milagros con sus conocimientos ancestrales sobre las plantas y su conexión especial con los seres vivos del bosque.

Y así demostró que no importa cuán diferentes seamos o cuán extrañas sean nuestras costumbres; siempre hay bondad en nuestros corazones esperando ser compartida con quienes más lo necesitan.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!