La valentía de Laika


Había una vez una perrita llamada Laika, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y árboles frondosos. Laika era muy feliz junto a su dueño Witzieg, quien la había adoptado cuando era solo un cachorro.

Witzieg era un granjero amable y trabajador que se preocupaba mucho por sus animales. Él enseñó a Laika todo lo que necesitaba saber sobre cómo ser una buena perrita de granja.

Juntos cuidaban las ovejas, las vacas y los caballos, además de proteger el hogar y jugar juntos al final del día. Un día, Witzieg enfermó gravemente y tuvo que ser llevado al hospital de la ciudad.

Laika estaba muy triste porque extrañaba a su amigo tanto que no podía dormir ni comer bien. Ella sabía que algo andaba mal en la granja sin Witzieg allí para cuidarla.

Una mañana, mientras caminaba por los campos solitarios, Laika vio un grupo de perros callejeros acercándose peligrosamente hacia la casa. Sabiendo que tenía que actuar rápido para defender la propiedad y los otros animales, decidió enfrentarse a ellos valientemente.

"¡Alto ahí! Esta es mi casa ¡No voy a dejarlos entrar!"- ladró con fuerza mientras mostraba sus dientes afilados. Los perros callejeros retrocedieron ante su bravura y huyeron despavoridos ante ella. En ese momento, Laika supo lo importante que era seguir el legado de Witzieg como protectora fiel del hogar y sus animales.

Durante días siguió haciendo tareas en la granja, cuidando a las ovejas y caballos, protegiéndolos de cualquier peligro que apareciera. Con el tiempo, Laika se convirtió en una perrita muy valiente y fuerte. Finalmente, Witzieg regresó del hospital sano y salvo.

Al ver a Laika tan dedicada a su trabajo, se sintió muy orgulloso de ella. "¡Eres una perrita increíble! Gracias por cuidar todo mientras yo estaba lejos"- dijo con una gran sonrisa. Laika se sintió muy feliz al escuchar esas palabras.

Sabía que había hecho un buen trabajo siguiendo el legado de su amigo y protector Witzieg.

Desde ese día en adelante, Laika siempre recordaría lo importante que era seguir los pasos de aquellos que amamos para hacer el bien en este mundo. Y así como ella lo hizo, todos podemos ser héroes cuando más se necesita.

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