La valentía de Lila y el secreto del bosque encantado



En un pequeño pueblo rodeado de un espeso bosque, vivía una bruja malvada llamada Brujilda. Tenía grandes planes: quería raptar a las niñas del pueblo para hacerlas parte de su té mágico, que supuestamente la haría más poderosa. Pero había un problema: las niñas del pueblo eran muy valientes y astutas.

Una tarde, Lila, una niña de pelo rizado y mucha curiosidad, decidió explorar el bosque. Mientras caminaba, encontró a sus amigas, Sofía y Valentina.

"¡Chicas! Este bosque es increíble, venid a ver lo que encontré!", dijo Lila emocionada.

"¿No tenemos que tener cuidado?" - preguntó Valentina, recordando las historias de la bruja.

"Ay, no seáis miedosas. Solo son cuentos. Vamos a divertirnos" - respondió Lila, sin tomarse en serio las advertencias.

Mientras tanto, en su cueva oscura, Brujilda estaba cavilando su próximo movimiento. Guardaba una botella de perfume mágica que, al rociarla, la haría invisible hasta que lograra atrapar a una pequeña. Ella sonrió, imaginando el sabor de esos tiernos snacks. La bruja decidió salir a cazar en la noche.

El sol se escondía y el bosque comenzó a oscurecerse. Las niñas se adentraron cada vez más y, de repente, escucharon un susurro.

"¿Escucharon eso?" - dijo Sofía, mirando a su alrededor con inquietud.

En ese momento, Brujilda apareció, envuelta en niebla y con una risa macabra.

"¡Hola, pequeñas! He venido a buscar amigas, sé que son muy especiales" - dijo la bruja, con una sonrisa aterradora.

Las niñas se quedaron paralizadas por el miedo, pero Lila, recordando sus historias heroicas, decidió actuar.

"¡No nos asustas! Somos más valientes de lo que crees" - exclamó Lila, dando un paso al frente.

Brujilda, sorprendida por la valentía de Lila, optó por un enfoque diferente.

"¿Qué tal si hacemos un trato? Si logran resolver un acertijo, entonces las dejaré ir" - ofreció la bruja.

Las niñas se miraron entre sí, pero Lila tomó la batuta.

"¡Aceptamos! ¿Cuál es el acertijo?" - gritó desafiante.

Brujilda se cruzó de brazos, satisfecha con su propuesta:

"Soy ligero como una pluma, y sin embargo, cientos pueden llevarme. ¿Qué soy?"

Las niñas se pensaron dos veces, pero Lila no se rindió.

"¡Es el aliento!" - gritó, llenando el aire con confianza.

Brujilda, ahora enfadada, exclamó:

"¡No puede ser! ¿Cómo lo supieron?" - y desapareció en un torbellino mágico. Las niñas, sintiéndose triunfadoras, se abrazaron.

En ese momento, el bosque comenzó a brillar con una luz mágica. Un árbol muy antiguo, que parecía un guardián del lugar, habló.

"Valientes damas, han liberado a este bosque de la maldad. Ahora, siempre que tengan miedo, recuerden que la valentía y la amistad son más fuertes que cualquier hechizo".

Las niñas regresaron al pueblo, no solo como heroínas, sino también como las mejores amigas que aprendieron que el verdadero poder reside en la unión y la valentía.

Desde entonces, el pueblo nunca volvió a temer a Brujilda. En su lugar, hacían picnics en el bosque, riendo y jugando, recordando que en la amistad existe una magia aún más poderosa que la de cualquier bruja.

FIN.

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