La valentía de Lina



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altos árboles, una niña llamada Lina. Lina era curiosa y aventurera, siempre buscando nuevas emociones y aprendizajes en cada rincón del lugar donde vivía.

Un día soleado, Lina decidió emprender un viaje por el arroyo que cruzaba el bosque cercano a su casa. Empacó algunas frutas, agua fresca y su manta favorita antes de salir rumbo a la aventura.

Mientras caminaba por el sendero entre los árboles, escuchaba el canto de los pájaros y sentía la brisa acariciar su rostro. Al llegar al arroyo, Lina se detuvo maravillada por la belleza del agua cristalina que fluía con suavidad.

Se sentó a orillas del arroyo y cerró los ojos para disfrutar del sonido relajante de las corrientes. De repente, escuchó un ruido extraño que venía desde el otro lado del bosque.

Intrigada, decidió seguir el sonido hasta encontrarse con una carreta antigua tirada por una simpática vaca llamada Matilde. La vaca estaba atascada en medio del camino y no podía avanzar. Sin dudarlo, Lina se acercó para ayudarla.

"Hola Matilde, ¿necesitas ayuda para sacar la carreta de este lugar?" -preguntó Lina con amabilidad. La vaca miró agradecida a la niña y asintió con la cabeza. Juntas lograron empujar la carreta fuera del lodazal y continuar su camino juntas.

La tarde comenzaba a caer y el sol se ocultaba lentamente en el horizonte. Decidieron pasar la noche bajo las estrellas, junto al arroyo que las había unido en esa inesperada aventura.

Mientras compartían las frutas que Lina había traído consigo, vieron cómo los animales del bosque salían de sus escondites para beber agua y alimentarse antes de dormir. "Gracias por tu ayuda hoy, Lina. Has demostrado tener un gran corazón lleno de amor por todos los seres vivos", dijo Matilde con gratitud en sus ojos grandes y tiernos.

Lina sonrió feliz al darse cuenta de lo especial que fue ese encuentro fortuito en medio del bosque.

Aprendió que la amistad puede surgir en los momentos más inesperados y que siempre hay espacio para ayudar a quienes lo necesitan.

Al día siguiente, Lina regresó a su hogar llevando consigo no solo recuerdos inolvidables de su travesía junto a Matilde sino también una lección valiosa sobre la importancia de ser amable y solidario con todos los seres vivos que comparten nuestro mundo.

FIN.

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