La valentía de Lluvia
En un pequeño pueblo llamado Villa Bellota vivía una niña muy especial llamada Lluvia. Lluvia era conocida por su gran amor hacia la naturaleza y por siempre estar dispuesta a ayudar a los demás.
Un día, mientras paseaba por las calles empedradas de su pueblo, vio a un anciano llorando frente a su casa. "¿Qué te pasa, señor?" -preguntó Lluvia con preocupación.
El anciano levantó la mirada y entre sollozos le explicó que había perdido las llaves de su casa y no podía entrar para descansar. Lluvia, llena de determinación, se ofreció a ayudarlo a buscarlas. Juntos recorrieron cada rincón del pueblo, revisando cada piedra y cada planta en busca de las llaves perdidas.
Después de un largo rato de búsqueda incansable, finalmente encontraron las llaves debajo de una hermosa llama que pastaba en el campo cercano. "¡Lo logramos! ¡Encontramos las llaves!" -exclamó Lluvia con alegría.
El anciano no podía creerlo y le dio las gracias a Lluvia con lágrimas en los ojos. Desde ese día, la historia de cómo Lluvia ayudó al anciano a encontrar sus llaves se convirtió en leyenda en Villa Bellota.
Pero la aventura de Lluvia no terminaría ahí. Una tarde soleada, mientras caminaba por el bosque cercano al pueblo, escuchó un extraño sonido proveniente de detrás de unos arbustos. Al acercarse, descubrió que era una llama bebé atrapada entre unas ramas espinosas.
"Ohhh pobrecita ¿qué haces aquí toda sola?" -dijo Lluvia mientras liberaba con cuidado a la llama bebé. La llevó hasta su hogar donde le preparó un lugar cálido y seguro para que pudiera descansar.
La llama bebé estaba muy asustada pero poco a poco fue tomando confianza gracias al cariño y cuidado que recibía por parte de Lluvia. Con el tiempo, la llama bebé creció sana y feliz bajo el cuidado de Lluvia.
La pequeña villa celebraba la valentía y generosidad de la niña que salvó tanto al anciano como a la llama bebé. Todos admiraban a Lluvia por su noble corazón y espíritu bondadoso.
Un día, cuando ya era adolescente, ocurrió algo inesperado en Villa Bellota: una terrible sequía azotó la región dejando sin agua ni alimentos a sus habitantes.
La desesperación se apoderó del pueblo hasta que alguien recordó algo muy importante: cerca del bosque donde vivía la llama rescatada por Lluvia había un manantial subterráneo cuyas aguas podrían salvarlos. Lluvia tomó cartas en el asunto e inspirada por sus experiencias pasadas decidió liderar una expedición hacia el manantial junto con algunos vecinos del pueblo.
Gracias al coraje y determinación de todos lograron encontrar el preciado recurso hídrico que devolvió vida al pueblo sediento.
Desde ese día en adelante, Villa Bellota prosperó como nunca antes lo había hecho gracias al trabajo en equipo y solidaridad demostrados por sus habitantes liderados por la valiente joven llamada Lluvia. Y así fue como Villa Bellota aprendió una importante lección: cuando nos ayudamos mutuamente y trabajamos juntos podemos superar cualquier adversidad que se presente en nuestro camino.
FIN.