La valentía de Lola
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Lola. Ella era alegre, curiosa y siempre estaba dispuesta a aprender cosas nuevas.
Un día, la escuela anunció que habría una beca para estudiar en la ciudad y todos los niños estaban emocionados. Lola se puso muy contenta al enterarse de la noticia porque siempre había deseado conocer más allá de las montañas que rodeaban su hogar.
Decidió esforzarse al máximo en sus estudios para poder ganar esa beca y así cumplir su sueño de explorar nuevos horizontes. Los días pasaron y llegó el momento de la prueba para obtener la beca.
Todos los niños estaban nerviosos, pero Lola se sentía confiada en sí misma. La prueba consistía en resolver problemas matemáticos, escribir un ensayo sobre por qué querían ir a la ciudad y realizar una presentación sobre un tema libre.
Lola se preparó con dedicación y cuando llegó el día de la evaluación, dio lo mejor de sí misma.
Los resultados tardaron unos días en ser publicados y mientras tanto, Lola seguía con su rutina diaria: ayudaba a su mamá en casa, jugaba con sus amigos después de clases y leía libros bajo el árbol del patio. Finalmente, llegó el momento tan esperado. El director anunció que la ganadora de la beca era...
¡Lola! La niña no podía creerlo, saltaba de alegría mientras abrazaba a sus padres que estaban entre lágrimas por verla tan feliz. "¡Lo logré! ¡Voy a estudiar en la ciudad!" exclamaba Lola emocionada. Con mucha emoción y expectativas positivas por delante, Lola comenzó su nueva aventura en la ciudad.
Conoció a muchos niños nuevos, aprendió cosas maravillosas en el colegio y descubrió lugares increíbles que solo veía en los libros. Pero un día algo inesperado ocurrió: un incendio forestal amenazaba con llegar hasta Villa Esperanza.
Todos estaban preocupados por sus casas y animales. Fue entonces cuando Lola decidió poner en práctica todo lo aprendido durante su estadía en la ciudad. "¡Debemos crear cortafuegos para detener el fuego!", dijo convencida a los vecinos del pueblo.
Con valentía y liderazgo, Lola organizó a todos para trabajar juntos contra las llamas. Gracias a su determinación y conocimientos adquiridos durante su tiempo en la ciudad lograron salvar Villa Esperanza.
Al finalizar todo ese caos provocado por el incendio forestal, los habitantes del pueblo reconocieron el valor y sabiduría de Lola. La directora le ofreció quedarse como maestra suplente mientras ella continuaba sus estudios superiores; una propuesta que llenó de orgullo tanto a Lola como a toda su familia.
Así fue como aquella niña feliz porque ganó una beca no solo cumplió su sueño de conocer más allá de las montañas sino que también demostró ser valiente, solidaria e inteligente ante las adversidades.
FIN.