La valentía de Luces



Había una vez un pequeño y valiente hada llamada Luces. Vivía en un hermoso bosque encantado junto a sus amigos, los animales mágicos. Luces tenía la habilidad de iluminar todo lo que tocaba con su varita mágica.

Un día, mientras jugaba con sus amigos, se encontraron con una noticia muy triste: el sol había perdido su brillo y el mundo estaba sumido en la oscuridad.

Los árboles no crecían, los animales estaban tristes y las flores no podían abrirse. Luces sabía que debía hacer algo para ayudar a devolverle la luz al mundo. Se reunió con sus amigos y juntos decidieron embarcarse en una misión mágica para encontrar la fuente de luz perdida.

Con su mochila llena de provisiones y su varita mágica lista para usar, Luces comenzó su viaje por el bosque encantado. Caminó durante días sin encontrar ninguna pista sobre dónde podría estar esa fuente de luz tan necesaria.

Un día, mientras exploraba una cueva oscura, escuchó un débil llanto proveniente del interior. Siguiendo el sonido, descubrió a un pequeño duende llamado Chispas atrapado entre unas rocas. "¡Ayuda! ¡No puedo moverme!", gritó Chispas desesperado.

Rápidamente, Luces usó su varita mágica para levantar las rocas y liberar al duende. Chispas le contó que él era el guardián del sol y que había sido capturado por una malvada bruja que quería apoderarse de su luz.

Decididos a rescatar al sol, Luces y Chispas se adentraron en el oscuro y peligroso castillo de la bruja. Sortearon trampas, enfrentaron monstruos y utilizaron todo su ingenio para llegar hasta la sala donde estaba prisionero el sol.

Al entrar, encontraron a la bruja riendo malévolamente mientras intentaba absorber toda la energía del sol. Luces no dudó ni un segundo y con un movimiento rápido de su varita mágica liberó al sol de las garras de la bruja.

El sol volvió a brillar con fuerza, iluminando cada rincón del mundo. Los árboles comenzaron a crecer nuevamente, los animales saltaban de alegría y las flores abrieron sus pétalos llenos de colores.

Luces se despidió emocionada del pequeño duende Chispas y regresó al bosque encantado junto a sus amigos. Todos celebraron su valentía y reconocieron que gracias a ella, el mundo había vuelto a ser un lugar lleno de luz y magia.

Desde ese día en adelante, Luces siguió siendo una heroína en el bosque encantado. Ayudaba siempre que alguien necesitaba su brillo especial y recordaba con cariño aquella misión mágica que le había enseñado lo importante que es luchar por lo que uno cree y nunca rendirse frente a la oscuridad.

Y así, entre risas y aventuras, Luces vivió felizmente rodeada de amor y amistad en aquel maravilloso bosque encantado. Fin.

FIN.

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