La valentía de Luna


Había una vez en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad, una niña llamada Luna.

Luna vivía con su madre, quien estaba muy enferma de una rara enfermedad y necesitaba con urgencia un medicamento especial para poder curarse. Un día, mientras buscaba entre los viejos libros de su abuelo, Luna descubrió que la única forma de conseguir la medicina era en el Valle Encantado, un lugar misterioso lleno de peligros y criaturas malignas como brujas y ogros.

A pesar del miedo que sentía, Luna sabía que tenía que hacer todo lo posible por salvar a su madre. Decidida a emprender esta peligrosa aventura, Luna se preparó con valentía y partió hacia el Valle Encantado.

Al llegar, se encontró con un bosque oscuro y espeso donde las sombras parecían cobrar vida. De repente, una bruja malvada salió de entre los árboles y le bloqueó el paso.

"¿Qué haces aquí, niña humana? Este no es lugar para ti", dijo la bruja con voz siniestra. Luna temblaba de miedo pero recordó la promesa que se había hecho a sí misma y respondió con determinación: "Vengo en busca de la medicina para curar a mi madre.

Por favor, déjame pasar". La bruja rió burlonamente y le lanzó un desafío a Luna: debía encontrar tres ingredientes mágicos esparcidos por el bosque antes del atardecer si quería obtener la medicina.

Sin otra opción más que aceptar el reto, Luna comenzó su búsqueda. Entre árboles retorcidos y susurros inquietantes, Luna encontró el primer ingrediente: una flor brillante que solo crecía en lo más alto de los árboles más altos.

Con ingenio y destreza logró alcanzarla antes de caer al abismo. El segundo ingrediente resultó ser una gota de rocío atrapada en una telaraña gigante custodiada por arañas venenosas. Con cuidado y astucia logró liberarla sin despertar a las arañas.

Finalmente, el tercer ingrediente era una lágrima pura de un hada solitaria que habitaba en lo profundo del lago encantado. Para conseguirla debía enfrentarse a un ogro maligno que custodiaba las aguas turbias del lago.

Con valentía e inteligencia, Luna logró engañar al ogro haciéndole creer que ella también estaba triste y necesitaba consuelo. El ogro conmovido por su aparente tristeza le regaló la lágrima del hada sin sospechar sus verdaderas intenciones.

Con todos los ingredientes reunidos justo antes del atardecer, Luna corrió hacia la bruja para entregarlos y pedirle la medicina para su madre enferma. La bruja sorprendida por su valentía decidió ayudarla cumpliendo su palabra. "Aquí tienes pequeña valiente", dijo la bruja entregándole un frasco brillante con líquido dorado dentro.

"Este remedio curará a tu madre". Luna regresó al pueblo corriendo feliz cargando consigo la medicina milagrosa para salvar a su madre.

Al darle el remedio a beber, poco a poco vio cómo el color volvía al rostro pálido de su mamá hasta recuperar completamente su salud. Desde ese día en adelante, Luna fue conocida como la niña valiente que desafió al Valle Encantado para salvar a su madre.

Y aunque nunca olvidaría las terribles pruebas enfrentadas; aprendió que cuando hay amor verdadero no hay obstáculo imposible de superar.

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