La valentía de Margarita



Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Margarita. Margarita era muy bonita y colorida, con alas de tonos azules y amarillos que brillaban bajo el sol.

Sin embargo, a pesar de su belleza, Margarita siempre se sentía insegura y temerosa de todo lo que la rodeaba. Un día, mientras revoloteaba entre las flores del jardín, escuchó a un grupo de abejas hablar sobre la valentía.

Ellas contaban historias sobre cómo enfrentaban los peligros para proteger a su colmena y recolectar néctar. Margarita quedó impresionada por la valentía de las abejas y sintió un profundo deseo en su corazón: quería ser valiente como ellas.

Decidida a cambiar, Margarita buscó al sabio búho del bosque, quien era conocido por su gran sabiduría. "Sabio búho", le dijo con determinación, "quiero ser valiente como las abejas.

¿Qué debo hacer?" El búho la miró con ternura y le respondió: "La valentía no viene solo de enfrentar peligros físicos, sino también de superar tus miedos internos. "El búho le explicó que la verdadera valentía radicaba en tener confianza en uno mismo y en enfrentarse a los desafíos con coraje y determinación.

Le enseñó a Margarita a respirar hondo cuando se sintiera asustada, a repetirse frases positivas para fortalecer su autoestima y a visualizarse superando sus temores. Animada por las palabras del sabio búho, Margarita decidió poner en práctica sus enseñanzas.

Comenzó enfrentando pequeños retos, como volar más alto o acercarse a insectos desconocidos. Con cada pequeño logro, su confianza crecía y sus miedos disminuían. Un día, el jardín fue invadido por una fuerte tormenta que amenazaba con arrasar todas las flores.

Las abejas trabajaban arduamente para proteger la colmena, pero necesitaban ayuda para salvar el jardín entero. A pesar de sentir miedo ante la furia del viento y la lluvia intensa, Margarita recordó las palabras del sabio búho y decidió actuar.

Con valentía en el corazón, voló hacia las abejas y les ofreció su ayuda para resguardar las flores del jardín. Juntas trabajaron incansablemente hasta que finalmente lograron proteger cada pétalo frágil de ser dañado por la tormenta.

Las abejas admiraron el coraje de Margarita y le dieron las gracias por su valiosa colaboración. Desde ese día en adelante, Margatira se convirtió en un símbolo de valentía en el jardín, inspirando a todos los insectos con su ejemplo.

Y así fue como una mariposa llamada Margatira descubrió que la verdadera valentía no está en no tener miedo, sino en enfrentarlo con determinación, y salir victorioso.

FIN.

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