La valentía de Martín
Martín era un niño curioso y alegre que vivía con sus papás y su hermana en una casa pequeña pero acogedora. Sin embargo, últimamente, Martín había notado que muchas veces sus papás discutían y se gritaban.
Al principio, Martín pensó que era normal, pero con el tiempo se dio cuenta de que la situación no estaba bien. Un día, después de una fuerte discusión, Martín decidió hablar con su mamá.
- Mamá, ¿por qué ustedes se gritan tanto? - preguntó Martín con tristeza. La mamá de Martín lo abrazó y le explicó que estaban pasando por un momento difícil, pero que siempre se querían mucho. Martín no entendía por qué sus papás seguían peleando si se querían tanto.
Decidió entonces hablar con su papá. - Papá, ¿por qué gritan tanto? - preguntó Martín preocupado. El papá de Martín se puso serio y le dijo que eran problemas de adultos que él no entendía. Martín se sintió triste y confundido.
Una noche, la discusión entre sus papás llegó a su punto más alto. Martín se tapó las orejas con las manos y cerró los ojos con fuerza, deseando que todo eso terminara.
De repente, Martín escuchó un ruido fuerte y abrió los ojos asustado. Vio a su mamá corriendo hacia él, con lágrimas en los ojos, y lo abrazó con fuerza. - Martín, tenemos que irnos de casa. No podemos seguir así - dijo su mamá con voz temblorosa.
Martín no entendía qué estaba pasando, pero tomó la mano de su mamá y salieron de la casa corriendo. La mamá de Martín lo llevó a la casa de una vecina y le pidió que se quedara allí un rato.
Martín estaba asustado y triste, pero también se sentía aliviado de no tener que presenciar más peleas entre sus papás.
Pasaron algunas semanas y la mamá de Martín le dio una noticia emocionante: se iban a mudar a una nueva casa, donde vivirían solos los tres. Martín se sintió feliz y ansioso por empezar una nueva vida lejos de la violencia. A medida que pasaba el tiempo, Martín comenzó a sentirse más feliz y seguro en su nuevo hogar.
Un día, recibieron una sorpresa inesperada: su papá llegó a visitarlos. Martín no podía creerlo, pero su mamá le explicó que su papá había buscado ayuda para resolver sus problemas y estaba dispuesto a cambiar.
Martín sintió una mezcla de emociones, pero decidió darle una oportunidad a su papá.
Poco a poco, Martín y su papá fueron reconstruyendo su relación, y Martín se dio cuenta de que la valentía de su mamá al salir de esa situación difícil había hecho posible un nuevo comienzo para toda la familia. Nunca más volvieron a escuchar gritos en su hogar, y Martín aprendió que a veces la valentía está en pedir ayuda y en perdonar.
FIN.