La valentía de Maru y el viaje hacia Julián
Maru era una mujer valiente. Cada día, trabajaba en su pequeño taller de costura, creando maravillosos vestidos para grandes y chicos. La vida había sido buena con ella, pero ahora todo cobraba un nuevo sentido: ¡Maru estaba embarazada de su primer bebé! Él sería Julián, un niño muy deseado que estaba a punto de llegar a su vida.
Maru sentía una mezcla de emociones: su corazón latía con fuerza de emoción, pero también le asustaba lo que venía.
Un día, mientras cosía un vestido hermoso para una niña del barrio, su amiga Ana entró al taller.
"¡Maru! Estás más radiante que nunca, ¿qué tal con los preparativos para el bebé?" - preguntó Ana con una sonrisa.
"Gracias, Ana. Estoy muy emocionada, pero también un poco asustada. Nunca he sido mamá antes, y no sé si podré hacerlo bien" - respondió Maru, con los ojos un poco apagados por la preocupación.
Ana, al ver la ansiedad de su amiga, le dijo: "Maru, ser madre es un viaje lleno de aventuras. Y tú eres la persona más valiente que conozco. ¿Te cuento un secreto?"
"¿Qué secreto?" - preguntó Maru, intrigada.
Ana se acercó y susurró: "El primer día que llevé a mi hijo al parque, él se cayó y se asustó mucho. Lo cargué en mis brazos y le dije que todo iba a estar bien. Y así fue, aprendió a levantarse y seguir jugando. Tú también deberás enfrentar cosas así" - explicó Ana.
Maru sonrió, entendiendo que cada nuevo desafío traería consigo aprendizajes. Pero, a medida que pasaban los días, su miedo a lo desconocido seguía en su corazón.
Al siguiente día, mientras caminaba a casa, Maru se encontró con un grupo de niños jugando en la plaza. La alegría que irradiaban hizo que su corazón se llenara de esperanza.
"¡Mirá a esos chicos! ¡Son tan valientes!" - exclamó Maru, reflexionando. En ese instante, se dio cuenta de que, al fin y al cabo, ser madre era también un acto de valentía y amor.
De pronto, un pequeño niño se cayó mientras jugaba a la pelota. Todos los niños se acercaron rápidamente para ver si estaba bien. Maru, sin pensarlo, se acercó también.
"¿Estás herido, chiquito?" - le preguntó a un niño de su lado. El pequeño sonrió y dijo: "No, sólo me asusté. Pero ya estoy bien. A veces me caigo y eso no me detiene".
Esa frase resonó profundo en Maru. En ese momento, entendió que el miedo no debía ser un obstáculo, sino un desafío a superar.
Al llegar a casa, decidió hacer algo diferente. Llenó la bañera de agua cálida y jugó a hacer burbujas, imaginando las aventuras que viviría con Julián cuando él llegara. Así, transformó su miedo en momentos divertidos.
Los días pasaron, y Maru continuaba preparándose para la llegada de su pequeño. Decoró la habitación con colores alegres y llenó el ropero de ropita bonita. Sin embargo, la gran sorpresa llegó una tarde, cuando recibió un paquete. Era un libro titulado "Las aventuras de ser mamá" enviado por Ana.
Maru leyó cada página, riéndose y llorando a la vez, sintiéndose mucho más preparada. En una de las páginas, encontró una cita que decía: "Ser madre es aprender a ser valiente todos los días".
Finalmente, el gran día llegó. Maru tuvo a Julián en brazos y, cuando lo miró a los ojos, supo que la aventura apenas comenzaba.
"Hola, Julián. Soy tu mamá y te prometo que seremos valientes juntos" - susurró Maru, sintiendo una nueva fuerza en su corazón.
Y así, con ese emocionante encuentro, Maru aprendió que el verdadero valor se encuentra no en la ausencia de miedo, sino en la disposición de enfrentarlo y vivir cada día con amor y alegría junto a su pequeño Julián.
Desde ese día, Maru y Julián se embarcaron en una maravillosa aventura, donde cada pequeño desafío se convertía en una gran lección de vida, recordándole a Maru que la valentía estaba siempre a su alcance, tanto para ella como para su pequeño.
FIN.