La valentía de Mili


En un pequeño pueblo de Argentina, vivía Mili junto a su mamá en una casita acogedora.

Mili era una niña muy valiente durante el día, pero cuando llegaba la noche, le invadía el miedo de dormir sola en su habitación. Una noche, mientras su mamá la arropaba y le daba un beso de buenas noches, Mili le dijo con voz temblorosa: "Mamá, ¿podrías quedarte un ratito más conmigo? Tengo miedo de estar sola".

La mamá de Mili la abrazó con ternura y le respondió: "Tranquila mi amor, siempre estoy cerca aunque no me veas. Pero hoy tengo una idea para que te sientas mejor".

Al día siguiente, la mamá de Mili llevó a casa a Pompón, un gatito blanco y esponjoso que se convirtió en el compañero inseparable de Mili. Pompón dormía todas las noches al pie de la cama de Mili y ella se sentía protegida por su presencia.

Las noches ya no eran tan oscuras ni tan solitarias para Mili. Sin embargo, una noche escucharon ruidos extraños que venían del jardín. La mamá de Mili fue a investigar y descubrió que era Luna, una perrita callejera que buscaba refugio.

Mili sintió empatía por Luna y le pidió a su mamá si podían dejarla quedarse en casa. Así fue como Luna se sumó a la familia y cada noche encontraba un lugar calentito donde dormir junto a Mili.

Un mes después, durante una tormenta fuerte, se fue la luz en toda la cuadra. El viento soplaba fuerte y los truenos retumbaban en el cielo. Esta vez era la mamá quien tenía miedo del oscuro sin poder ver nada.

"Mami" , dijo Mili con valentía esta vez,"¿por qué no nos abrazamos todos juntos hasta que pase la tormenta? Así ninguno estará solo". La mamá sonrió orgullosa ante la valentía y compasión de su hija.

Así fue como esa noche todos se abrazaron fuertemente en medio de la oscuridad: Mili, su mamá, Pompón y Luna. Juntos superaron el miedo a lo desconocido demostrando que cuando estamos acompañados podemos enfrentar cualquier temor.

Desde entonces, las noches ya no fueron motivo de angustia para Mili ni para su mamá. Aprendieron juntas que el amor incondicional y el apoyo mutuo pueden iluminar incluso las noches más oscuras.

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