La valentía de Nati


Nati era una mujer valiente, pero su miedo a los fantasmas la atormentaba cada noche. Vivía en una casa antigua y solitaria, rodeada de árboles altos y oscuros que se movían con el viento.

Además, su esposo había tenido que viajar por trabajo y ella estaba sola. Una noche, mientras intentaba conciliar el sueño, escuchó un ruido extraño en la cocina. Con mucho temor, decidió ir a investigar.

Al llegar allí encontró todo en orden y no pudo encontrar ninguna explicación para el sonido. Pero al regresar a su habitación notó algo extraño: las puertas del armario estaban abiertas. - ¿Qué está pasando aquí? -preguntó Nati asustada.

De repente sintió frío y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. En ese momento recordó lo que le había dicho su esposo antes de partir: "No tengas miedo mi amor, yo estaré contigo siempre". Nati decidió tomar coraje y enfrentar sus miedos.

Fue entonces cuando recordó algo muy importante: ella también tenía amigos cercanos que podían ayudarla. Al día siguiente llamó a sus amigas Ana y Sofía para pedirles ayuda. - Chicas, necesito de su ayuda -dijo Nati nerviosa-.

Estoy muy asustada por los ruidos extraños que escucho en mi casa todas las noches. - Claro que sí Nati -respondió Ana-, cuenta con nosotras para lo que necesites.

Esa misma tarde las tres amigas se reunieron en la casa de Nati para buscar juntas una solución al problema del fantasma. Decidieron hacer una limpieza energética en la casa para alejar cualquier espíritu negativo. - Vamos a encender algunas velas y poner música relajante -dijo Sofía-.

Y mientras hacemos la limpieza vamos a imaginar que estamos rodeadas de una luz blanca que nos protege. Las tres amigas comenzaron a trabajar juntas, cada una con su propia técnica.

Ana quemó un poco de salvia mientras decía unas palabras especiales, Sofía hizo algunos movimientos con las manos y Nati se concentró en visualizar un ambiente lleno de paz y amor. Cuando terminaron, las tres amigas sintieron como si hubieran liberado toda la tensión acumulada. La casa estaba llena de luz y armonía.

- ¡Lo logramos! -exclamó Nati emocionada-. Ya no siento miedo ni tengo esa sensación extraña en mi cuerpo. Gracias chicas por ayudarme a superar mis miedos. Desde entonces, Nati se sintió mucho más tranquila y segura en su hogar.

Aprendió que no tenía que enfrentar sus miedos sola, sino que podía contar con el apoyo de sus amigos cercanos para superar cualquier obstáculo.

Y cuando su esposo regresó del viaje ella le contó lo ocurrido, él sonrió orgulloso al ver lo valiente que era su esposa y ambos durmieron tranquilos sabiendo que estaban uno al lado del otro para siempre.

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