La valentía de Tomás y Sofía
Había una vez, en un bosque frondoso y mágico, dos niños llamados Tomás y Sofía. Ellos eran muy aventureros y les encantaba explorar el bosque en busca de animales fascinantes.
Un día, mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un caimán enorme que estaba atrapado en una red. Los niños sintieron mucha pena por el caimán y decidieron ayudarlo a escapar de la red. "¡Vamos Sofía! ¡Tenemos que salvar al caimán!", exclamó Tomás.
Los niños trabajaron juntos para liberar al caimán de la red. Después de unos minutos de esfuerzo, finalmente lograron liberarlo. El caimán les agradeció mucho su ayuda y se marchó nadando felizmente hacia su hogar en el río.
Mientras seguían caminando por el bosque, los niños se dieron cuenta de que estaban perdidos. No sabían cómo volver a casa y comenzaron a sentirse asustados. De repente, escucharon un rugido fuerte detrás de ellos.
Se volvieron rápidamente para ver a un leopardo mirándolos fijamente con sus ojos amarillos brillantes. Los niños no sabían qué hacer ante la presencia del leopardo salvaje pero recordaron lo valientes que habían sido al salvar al caimán momentos antes.
"Tranquilo leopardo - dijo Sofía- nosotros no te haremos daño". El leopardo pareció entender las palabras de los niños e incluso comenzó a acercarse lentamente hacia ellos sin mostrar agresión alguna.
Tomás tuvo una idea: recordó que había visto un árbol cercano que tenía una rama baja y pensó que podrían subir allí para estar a salvo. "Sofía, rápido, corre hacia ese árbol con la rama baja. ¡Sube ahí!" - gritó Tomás.
Los niños corrieron hacia el árbol y lograron subir a la rama antes de que el leopardo pudiera alcanzarlos. Desde allí, observaron cómo el leopardo se alejaba lentamente en busca de comida. Después de unos minutos, los niños bajaron del árbol y comenzaron a caminar nuevamente por el bosque.
A medida que avanzaban, se dieron cuenta de que estaban cerca de su hogar y finalmente lograron encontrar el camino de regreso. Al llegar a casa, los niños contaron emocionados todo lo que habían vivido en su aventura en el bosque.
Sus padres se sintieron muy orgullosos al saber cómo habían ayudado al caimán y cómo habían sido valientes ante la presencia del leopardo salvaje.
Desde entonces, Tomás y Sofía aprendieron mucho sobre la importancia de trabajar juntos para ayudar a otros seres vivos y también sobre cómo mantenerse calmados ante situaciones inesperadas e incluso peligrosas. Y así continuaron explorando el bosque mágico cada vez más sabios e inspirados por sus aventuras.
FIN.