La valentía de Tomás y sus amigos
Había una vez un niño llamado Tomás que estaba muy emocionado porque iba a visitar a sus abuelos en el campo.
Era la primera vez que iba solo y tenía muchas ganas de pasar tiempo con ellos y disfrutar de las aventuras al aire libre. Cuando llegó a la casa de sus abuelos, los abrazó fuertemente y les contó lo contento que estaba de estar allí.
Sus abuelos también estaban felices de verlo y le prometieron pasar unos días maravillosos juntos. Al día siguiente, Tomás se levantó temprano y después del desayuno decidió salir a jugar con sus amigos del pueblo. Se encontraron en el parque, corrieron, saltaron y se divirtieron mucho.
Pero justo cuando estaban por irse a casa, algo extraño sucedió. Una bruja malvada apareció frente a ellos. Tenía una nariz larga y puntiaguda, cabello desordenado y una risa siniestra.
"¡Hola niños! ¡Vengo a llevarme sus almas!", dijo la bruja con una voz tenebrosa. Los amigos de Tomás se asustaron mucho, pero él no quería dejar que esa bruja arruinara su diversión.
Con valentía les dijo: "No vamos a dejar que nos lleves, ¡somos más fuertes juntos!"La bruja se rió burlonamente y les lanzó un hechizo para atraparlos en su red mágica, pero Tomás tuvo una idea brillante. Recordó lo que había aprendido sobre las hadas buenas en los libros de cuentos de su abuela.
"¡Hada madrina, por favor ayúdanos!", gritó Tomás. Y en ese momento, un destello de luz apareció y una hermosa hada madrina se materializó frente a ellos. "¡Hola niños! ¿Necesitan mi ayuda?", preguntó el hada madrina con una voz dulce.
"Sí", respondió Tomás. "Esta bruja quiere llevarnos, pero no queremos irnos". El hada madrina sonrió y les dijo: "La fuerza más grande que tienen es su amistad y confianza mutua. Si trabajan juntos, podrán vencer cualquier obstáculo".
Tomás y sus amigos se tomaron de las manos y cerraron los ojos. Juntos hicieron una cadena humana muy fuerte que brillaba con energía positiva.
La bruja intentó acercarse para atraparlos, pero fue repelida por la poderosa fuerza de la amistad. Finalmente, la bruja malvada desapareció entre risas malignas. Los amigos de Tomás se abrazaron aliviados y agradecieron al hada madrina por su valiosa ayuda.
Desde ese día, Tomás y sus amigos entendieron lo importante que era estar unidos y apoyarse mutuamente. Aprendieron que cuando enfrentaban problemas juntos, podían superar cualquier cosa.
Y así, cada vez que regresaban al pueblo de los abuelos de Tomás, recordaban esa increíble aventura con la bruja malvada como un recordatorio de lo poderosos que eran cuando estaban juntos.
FIN.