La valentía de Tomás y Tito



El joven se llamaba Tomás y su gato se llamaba Tito. Juntos, pasaban sus días explorando el valle y jugando en los campos verdes. Un día, mientras caminaban por el bosque cercano a la aldea, escucharon un ruido extraño.

Se acercaron para investigar y encontraron a un pequeño zorro atrapado en una trampa. "Tito, tenemos que ayudarlo", dijo Tomás con preocupación. "Miau, miau", respondió Tito, asintiendo con la cabeza.

Tomás desató cuidadosamente al zorro de la trampa y lo llevó de vuelta a casa para curarlo. Durante muchos días, Tomás cuidó del pequeño zorro hasta que finalmente se recuperó y pudo volver al bosque.

Desde ese día en adelante, Tomás sintió una gran satisfacción al ayudar a los animales necesitados en el valle. Él comenzó a construir casas para pájaros sin hogar y alimentar a las ardillas hambrientas durante los meses fríos de invierno. Sin embargo, no todos estaban contentos con las acciones de Tomás.

Un día, un hombre malvado llegó a la aldea y comenzó a talar árboles sin piedad. El valle comenzó a perder su belleza natural y muchos animales perdieron sus hogares.

"Deja de hacer eso", le dijo Tomás al hombre malvado cuando lo vio talando árboles cerca del arroyo donde solían jugar juntos él y Tito. "¿Y quién eres tú para decirme qué hacer?", respondió el hombre malvado con desprecio.

Tomás sabía que tenía que hacer algo para detener al hombre malvado y salvar el valle. Entonces, decidió pedir ayuda a sus amigos animales. Juntos, los pájaros construyeron un nido gigante en el árbol más grande del valle y las ardillas recolectaron nueces y frutas para llenarlo.

Tomás llevó al hombre malvado debajo del árbol y le mostró lo hermoso que era el valle cuando estaba intacto. "Mira este nido gigante", dijo Tomás señalando hacia arriba. "Los pájaros necesitan estos árboles para vivir".

"No me importa", respondió el hombre malvado con desprecio. Entonces, Tito saltó desde una rama cercana y se paró frente al hombre malvado con su espalda arqueada. "Miau, miau", dijo Tito con determinación.

"Si no paras de talar estos árboles, tendrás que lidiar con todos nosotros". El hombre malvado finalmente entendió la importancia de proteger la naturaleza del valle y prometió dejar de talar los árboles.

Desde entonces, Tomás continuó cuidando del valle junto a sus amigos animales, asegurándose de que siempre fuera un lugar hermoso donde todos pudieran vivir felices juntos. Y así termina nuestra historia sobre cómo podemos cuidar nuestro medio ambiente.

FIN.

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