La valentía de Villa Esperanza



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía una bruja malvada llamada Morgana. Morgana tenía un plan perverso: darles chocolates envenenados a los niños del pueblo para que se convirtieran en sus esclavos.

Pero los chicos, astutos y valientes, descubrieron su malvado plan y le devolvieron los chocolates sin probarlos. La bruja, enfurecida por haber sido descubierta, decidió idear nuevos trucos para engañar a los niños y lograr su objetivo.

Un día, disfrazada de vendedora ambulante de dulces, llegó al parque donde jugaban los chicos. - ¡Chicos! ¡Vengan a probar mis deliciosos caramelos de colores! - gritó la bruja con una sonrisa falsa. Los niños se acercaron cautelosos y desconfiados.

Sabían que debían ser precavidos con las artimañas de la malvada bruja. Uno de ellos tomó uno de esos caramelos y lo olió sospechosamente. - Huele extraño... ¿Qué es esto? - dijo el niño mientras arrugaba la nariz.

- Son caramelos especiales hechos solo para ustedes - respondió Morgana intentando ocultar su malevolencia. Pero los chicos estaban alerta y no se dejaron engañar tan fácilmente esta vez. Decidieron hacer algo inesperado: pedir ayuda a alguien más sabio que ellos.

Corrieron hasta el anciano sabio del pueblo, Don Isidoro. - Don Isidoro, necesitamos su consejo - dijeron todos juntos con determinación. Don Isidoro, un hombre sabio y amable, escuchó atentamente a los niños mientras les ofrecía un té caliente.

- Queridos niños, me alegra que hayan venido a mí. La bruja Morgana es astuta, pero juntos podemos derrotarla - dijo Don Isidoro con una sonrisa tranquilizadora.

Les explicó que la clave para vencer a la bruja era el poder de la amistad y el trabajo en equipo. Les enseñó que debían confiar en sus instintos y no dejarse engañar por las apariencias. Con esta nueva información, los chicos regresaron al parque decididos a poner en práctica lo aprendido.

Cuando Morgana intentó nuevamente ofrecerles caramelos mágicos, ellos se miraron entre sí y tomaron una decisión audaz. - Gracias por tu oferta, pero hemos decidido no aceptar tus caramelos - dijo uno de los chicos valientemente.

La bruja frunció el ceño ante la negativa de los niños y comenzó a utilizar su magia para tratar de convencerlos. Pero esta vez los chicos estaban preparados.

Recordando las palabras del sabio anciano, cerraron los ojos y se dieron las manos formando un círculo. - ¡Amigos! ¡Unámonos contra el mal! - exclamaron todos al unísono. De repente, una luz brillante envolvió a los niños protegiéndolos del hechizo de Morgana.

La bruja quedó desconcertada al ver que su magia no tenía efecto sobre ellos. - ¿Qué han hecho? ¡Esto no puede ser! - gritaba Morgana desesperada. Los chicos, con valentía y sabiduría, habían logrado vencer a la malvada bruja utilizando su amistad y confianza en sí mismos.

Morgana, derrotada y sin poder hacerles daño, huyó del pueblo para siempre. Desde ese día, los niños de Villa Esperanza aprendieron una valiosa lección: nunca dejarse engañar por las apariencias y confiar en sus instintos.

Juntos demostraron que el trabajo en equipo es más fuerte que cualquier maldad. Y así, el pueblo vivió feliz y seguro gracias a la astucia y coraje de los chicos.

La historia de cómo vencieron a Morgana se convirtió en una leyenda que se contaría de generación en generación, recordando siempre la importancia de la amistad y el valor para enfrentarse al mal.

FIN.

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