La valentía mágica



Había una vez en el reino de Corona Ada, una pequeña bruja llamada Ada. A diferencia de las demás brujas, Ada no tenía un sombrero puntiagudo ni una varita mágica.

En su lugar, siempre llevaba consigo una escoba y un caldero. Ada vivía en lo alto de la montaña más alta del reino, donde se dedicaba a hacer pociones mágicas para ayudar a los habitantes del pueblo.

Aunque era muy talentosa en su oficio, Ada siempre se sentía triste y sola. Veía cómo todas las demás brujas tenían amigos con quienes compartir sus aventuras y risas.

Un día, mientras recolectaba hierbas y raíces para sus pociones, Ada encontró un libro antiguo que hablaba sobre la amistad verdadera. Decidió leerlo y descubrió que la clave para tener amigos era ser valiente y salir de su zona de confort. Decidida a encontrar amigos, Ada decidió bajar de la montaña por primera vez en mucho tiempo.

Mientras caminaba por el pueblo con su escoba al hombro y su caldero en mano, todos la miraban sorprendidos. De repente, un niño llamado Lucas se acercó a ella con curiosidad.

"¡Hola! ¿Eres una bruja? Nunca había visto a nadie como tú antes", dijo Lucas emocionado. "Sí, soy una bruja", respondió Ada tímidamente. "Me llamo Ada". Lucas sonrió ampliamente y le preguntó si podía ver alguna de sus pociones mágicas.

Sin pensarlo dos veces, Ada sacó su caldero y comenzó a preparar una poción de alegría. Mientras Ada revolvía los ingredientes, Lucas le contó sobre su amor por el fútbol y cómo siempre soñaba con jugar en un equipo.

Ada escuchaba atentamente y decidió hacerle una poción especial para que se convirtiera en el mejor futbolista del reino. Pasaron los días y Ada y Lucas se volvieron inseparables. Juntos, exploraban el bosque encantado, ayudaban a los animales heridos y compartían risas interminables.

Ada finalmente había encontrado la amistad verdadera. Un día, mientras caminaban por el pueblo, vieron a un grupo de niños burlándose de otro niño llamado Juanito porque era diferente. Ada no pudo evitar sentir empatía por él y decidió intervenir.

"¡Hey! Dejen de molestar a Juanito", exclamó Ada con valentía. "Todos somos especiales a nuestra manera". Los niños se quedaron sorprendidos al ver a la pequeña bruja enfrentándose a ellos.

Pero al ver lo decidida que estaba Ada, todos bajaron la mirada avergonzados y se disculparon con Juanito. Desde ese día, Ada se convirtió en una heroína para todos en el reino de Corona Ada.

Su valentía inspiró a otros a ser amables y respetuosos con aquellos que eran diferentes. Y así fue como la pequeña bruja con su escoba y caldero logró cambiar no solo su vida sino también la vida de todos en el reino de Corona Ada.

Aprendimos que no importa cómo te veas o qué tengas, lo más importante es tener un corazón generoso y valiente. Y a veces, las amistades más inesperadas pueden convertirse en las más valiosas de todas.

FIN.

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