La valiente cabrera de la sierra de Jerte



Había una vez, en la hermosa sierra de Jerte, vivía una valiente cabrera llamada Martina. Martina era una niña muy buena, pero a veces sentía miedo de los lobos y de los desconocidos. Vivía con sus 4 hermanos y sus padres en una pequeña casa de campo. Todos trabajaban intensamente; cada día se levantaban temprano para ir a cuidar de las cabras y hacer ricos quesos con su madre.

Un día, mientras pastoreaba las cabras en las empinadas laderas de la sierra, Martina se encontró con un lobo. Aunque temblorosa, recordó las enseñanzas de su abuelo sobre cómo tratar a los animales salvajes. Con valentía, se acercó al lobo y le ofreció un poco de queso. El lobo, sorprendido por la amabilidad de Martina, se calmó y compartió con ella un momento tranquilo. Desde ese día, el lobo se convirtió en su amigo y la protegió de otros peligros.

A pesar de su miedo a los desconocidos, Martina también aprendió a ser amable y hospitalaria con los viajeros que visitaban la sierra. Un día, un extranjero perdido llegó a su casa y Martina, recordando las lecciones de sus padres, lo recibió con amabilidad. El extranjero resultó ser un botánico famoso que estaba buscando una rara especie de flor que crecía en la sierra. A cambio de su amabilidad, el botánico le enseñó a Martina sobre las plantas y flores, ampliando su conocimiento sobre la naturaleza.

Con el tiempo, Martina se dio cuenta de que enfrentar sus miedos y ser amable con los demás le había traído grandes alegrías y amistades. Aprendió que el valor y la bondad van de la mano, y que cada encuentro, ya sea con un lobo o un desconocido, podía convertirse en una hermosa experiencia. Martina se convirtió en un ejemplo de valentía y amabilidad para toda la comunidad de la sierra de Jerte. Y desde entonces, nunca más volvió a sentir miedo, porque sabía que su valentía y bondad siempre la protegerían.

FIN.

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