La valiente huida de Alejandra



Había una vez en un barrio tranquilo de Buenos Aires, una niña llamada Alejandra que acababa de cumplir 2 años. Estaba tan emocionada por su fiesta de cumpleaños y todos los regalos que recibió.

Pero esa misma noche, mientras todos dormían, algo terrible sucedió. Un grupo de ladrones entró sigilosamente a la casa de Alejandra y la raptaron sin que nadie se diera cuenta. La pequeña despertó asustada en un lugar desconocido, rodeada de extraños.

Lloró desconsoladamente, sin entender qué estaba pasando. Los días pasaron y Alejandra seguía lejos de su hogar.

Los secuestradores pensaban en pedir un rescate por ella, pero lo que no sabían es que la valentía de esta niña era mucho más grande de lo que imaginaban. Un día, mientras los secuestradores discutían sobre sus planes, Alejandra vio una oportunidad y decidió escapar. Esperó el momento adecuado y cuando nadie estaba mirando, corrió tan rápido como pudo hacia la salida.

Los secuestradores se dieron cuenta demasiado tarde y salieron tras ella. Alejandra corría sin detenerse, con lágrimas en los ojos pero con determinación en el corazón.

Escapaba por callejones oscuros y calles desiertas hasta llegar a un parque cercano donde se escondió detrás de unos arbustos. Los secuestradores buscaron por todas partes, pero no lograron encontrarla. Alejandra esperó hasta estar segura de que estaban lejos y luego salió de su escondite.

Caminó sola por las calles, sintiéndose perdida pero decidida a encontrar el camino a casa. En su travesía se encontró con un amable señor mayor que notó su angustia y se acercó a ayudarla. "-¿Estás bien, chiquita? ¿Necesitas ayuda?", le preguntó con ternura.

Alejandra asintió con timidez y le contó lo ocurrido. El señor la llevó a una comisaría cercana donde pudieron contactar a sus padres, quienes llegaron corriendo para abrazarla con alivio y felicidad.

Alejandra les contó valientemente todo lo ocurrido e incluso ayudó a identificar a los secuestradores para que fueran capturados.

Desde ese día, Alejandra aprendió muchas cosas importantes: a no confiar en extraños, a mantenerse fuerte frente a situaciones difíciles y sobre todo, supo apreciar el amor y protección de su familia como nunca antes lo había hecho. La historia del rapto quedó atrás como una pesadilla superada gracias al coraje e ingenio de esta pequeña heroína llamada Alejandra.

FIN.

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