La Valiente Luciérnaga



Había una vez una pequeña luciérnaga llamada Lila. Desde que comenzó a brillar, Lila siempre había tenido miedo de volar sola. Cada noche, cuando sus amigas luciérnagas iluminaban el bosque con su luz hermosa y brillante, Lila se quedaba en una ramita, observando desde la distancia.

Una noche, mientras las otras luciérnagas danzaban en el aire, Lila murmuró:

"¿Por qué no puedo ser como ellas?"

Se sentía triste, pero también intrigada. Esa noche, decidió que debía encontrar una forma de volar sin tener miedo.

Mientras tanto, dos pequeños pájaros, Pipo y Pita, que eran hermanos, estaban buscando un lugar especial en el bosque para hacer su nido. Al ver a Lila sentada sola, Pipo voló hacia ella.

"¿Por qué no vuelas como las demás, luciérnaga?"

"Tengo miedo de volar sola", respondió Lila, bajando la cabeza.

"Volar no es tan aterrador si tienes amigos a tu lado", dijo Pita, animadamente.

Lila miró a los dos pájaros y una pequeña chispa de valentía comenzó a encenderse en su corazón.

"¿Creen que podrían acompañarme?"

"¡Por supuesto!" exclamaron Pipo y Pita.

Con el apoyo de sus nuevos amigos, Lila intentó volar. Se prendió de la idea, y junto con Pipo y Pita, comenzaron a practicar. Los pájaros volaban cerca de ella, iluminando el camino y dándole confianza.

"¡Vamos, Lila! Eres maravillosa, solo tienes que brillar!" gritó Pipa.

"Sí, tú puedes hacerlo!" agregó Pipo.

Esa noche, Lila, con el corazón palpitante, finalmente se lanzó al aire. Aunque temblaba un poquito, volar junto a sus amigos la hacía sentir segura. Lila iluminó el bosque con su luz y, con cada vuelta que daba, el miedo empezaba a desvanecerse.

Sin embargo, un fuerte viento comenzó a soplar y desvió el vuelo de Lila.

"¡Ayuda!" gritó, aterrada.

Pipo y Pita reaccionaron rápido.

"¡Sigue brillando, Lila! Estaremos aquí!"

"No mires hacia abajo, mantente en la luz que tú misma desprendes!" añadió Pita.

Con sus voces y su aliento, Lila recordó lo que había aprendido de la amistad y la valentía. Una vez que encontró su luz nuevamente, se concentró en brillar intensamente y, al hacerlo, pudo controlar su vuelo y regresar a sus amigos.

"Lo lograste, Lila! Eres valiente!" gritaron al unísono.

"Nunca estuve realmente sola, ¿verdad?" dijo Lila, sonriendo con orgullo.

Esa noche, Lila encontró no solo su valentía, sino también la importancia de la amistad. Las luciérnagas, los pájaros y otros animales del bosque celebraron su valentía, iluminando el cielo juntos.

"Siempre que estés conmigo, siento que puedo volar alto!" dijo Lila, llena de gratitud.

"Hoy aprendiste que los amigos pueden iluminar tu camino y que la verdadera valentía reside dentro de ti" respondió Pipo.

Desde esa noche, Lila se convirtió en la luciérnaga más valiente del bosque. Con sus amigos a su lado, cada noche partían juntos, iluminando todos los rincones del bosque y, más importante, recordándole a Lila que nunca tenía que enfrentar sus miedos sola.

Y así, con el brillo de las luciérnagas y el cantó de los pájaros, el bosque se llenó de alegría, amor y amistad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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