La valiente Margarita y el hechizo de la bruja


Había una vez en un jardín encantado, una flor hermosa llamada Margarita.

Margarita era la más bella de todas las flores del lugar, con pétalos blancos como la nieve y un delicado aroma que llenaba el aire a su alrededor. Todos los días, los animales del bosque y los otros habitantes del jardín se maravillaban con su belleza y se acercaban a admirarla. Un día, llegó al jardín una malvada bruja llamada Malvina.

Malvina estaba celosa de la belleza de Margarita y decidió lanzarle un hechizo para marchitarla. Con un gesto de su varita mágica, Malvina susurró unas palabras al viento y la flor hermosa comenzó a perder su color y su fragancia poco a poco.

Margarita se entristeció al darse cuenta de lo que le ocurría. Sus pétalos antes blancos ahora se volvían opacos y sin vida.

Sin embargo, en lo más profundo de su ser, Margarita sintió una fuerza especial que la impulsaba a resistir. "No te preocupes, Margarita", dijo una abeja amiga que se posó sobre ella. "Tú eres fuerte y valiente. No permitas que este hechizo malvado te venza".

Animada por las palabras de la abeja, Margarita decidió luchar contra el hechizo de Malvina. Cada día, se esforzaba por mantenerse firme a pesar de las adversidades. Aunque sus pétalos estuvieran marchitos, su espíritu seguía brillando con fuerza.

Los demás habitantes del jardín también notaron el esfuerzo de Margarita por resistir el hechizo de la bruja Malvina. La tortuga sabia le dijo:"La verdadera belleza está en el interior, querida Margarita. Tu valentía y tu bondad son lo que realmente te hacen hermosa".

Poco a poco, gracias al amor y apoyo de sus amigos del jardín, Margarita comenzó a recuperarse. Sus pétalos volvieron a adquirir su blanco resplandeciente y su fragancia dulce llenó nuevamente el aire.

Finalmente, llegó el día en que Malvina regresó al jardín para ver si su hechizo había surtido efecto. Para sorpresa de todos, encontró a Margarita más radiante que nunca. "¡Esto no puede ser! ¡Mi hechizo debería haberte marchitado para siempre!" exclamó Malvina furiosa.

"El amor y la amistad me dieron fuerzas para superar tus malas intenciones", respondió Margarita con calma. Malvina comprendió entonces que no podía vencer el poder del amor y la bondad.

Arrepentida por sus acciones malévolas, retiró el hechizo sobre Margarita y prometió cambiar sus formas.

Desde ese día en adelante, Margarita siguió siendo la flor más hermosa del jardín; no solo por su aspecto exterior sino también por su corazón noble y generoso que inspiraba a todos los que tenían el privilegio de conocerla.

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