La valiente muñeca y el lobo feroz



Había una vez una valiente muñeca llamada Rosita que vivía en una acogedora casa en medio del bosque. Rosita era muy querida por su mamá y su papá, quienes la habían hecho con mucho cariño.

Un día, mientras Rosita jugaba afuera de la casa, apareció un lobo feroz. "¡Muñeca, muñeca, ven aquí! Quiero comerte", gruñó el lobo. Rosita, asustada pero valiente, le respondió: "No tengo miedo de ti, lobo.

Mi mamá y mi papá me han enseñado a ser fuerte y valiente. No me comerás." El lobo, sorprendido por la valentía de la muñeca, decidió proponerle un desafío. "Si puedes superar tres pruebas, no volveré a molestarte. Pero si fallas, seré libre de hacer lo que quiera contigo".

Rosita aceptó el desafío sin dudarlo. La primera prueba consistía en encontrar una flor rara en lo más profundo del bosque. Con determinación, Rosita emprendió el camino. Encontró la flor y regresó a la casa triunfante.

El lobo, impresionado, propuso la segunda prueba: cazar una mariposa ágil que jugueteaba entre las flores. Rosita, con astucia, logró atraparla y llevarla de vuelta al lobo. Llegó el momento de la última prueba: escalar el árbol más alto del bosque y traer una rama.

A pesar de la dificultad, Rosita subió con cuidado y logró cortar una rama firme. Al regresar con el lobo, éste, cumpliendo su palabra, se alejó del bosque para siempre.

Rosita regresó a su casa, donde mamá y papá la felicitaron por su valentía y determinación. Desde ese día, se convirtió en un ejemplo de fortaleza para todos en el bosque. Y vivieron felices para siempre.

FIN.

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