La valiosa singularidad de Sofía
En una pequeña ciudad vivían dos gemelas idénticas, Sofía y Valentina. Aunque eran iguales físicamente, tenían personalidades muy distintas. Valentina era extrovertida y sociable, mientras que Sofía era más tímida y reservada.
Todos en la escuela parecían adorar a Valentina, pero a menudo ignoraban a Sofía. Esto entristecía a la pequeña niña, que no entendía por qué su gemela recibía tanta atención mientras ella era pasada por alto.
"Valentina, ¿por qué siempre juegan contigo y no conmigo?", preguntó Sofía un día. "No lo sé, Sofi. Tal vez sea porque soy más activa y me acerco a los demás. Pero eso no significa que no seas genial a tu manera", respondió Valentina.
A pesar de las palabras de su hermana, Sofía se sentía triste. Un día, durante el recreo, Sofía se sentó sola en una esquina. Entonces, recordó algo que su abuela solía decirle: "Todos somos especiales a nuestra manera".
Animada por esas palabras, Sofía decidió hablar con algunas niñas que nunca antes había abordado. Para su sorpresa, descubrió que compartía intereses con ellas, y pronto estaban charlando y riendo juntas.
Al día siguiente, las niñas la buscaron para jugar, y pronto Sofía se convirtió en una amiga muy apreciada. Mientras tanto, Valentina estaba feliz de ver a su hermana brillar por sí misma. A medida que pasaba el tiempo, Sofía y Valentina aprendieron que la diversidad es lo que hace al mundo emocionante.
Valentina entendió que no tenía que ser el centro de atención todo el tiempo, y Sofía comprendió que su naturaleza tranquila no la hacía menos especial. Juntas, mostraron a todos que cada uno tiene su propia luz que brilla de manera única.
Al final, la ciudad entera celebró la singularidad de cada niño, recordando siempre que todos son valiosos a su manera.
FIN.