La varita mágica perdida



En una fría noche de diciembre, donde el viento soplaba entre la gente, se acercaba la Navidad con su magia, y todos esperaban con gran alegría. En un pequeño pueblo llamado Alborada, vivían dos amigos, Luna y Estrella brillante.

Luna era una niña curiosa y valiente, mientras que Estrella era dulce y obediente. Un día, mientras paseaban por el bosque encantado, encontraron a un duende perdido y asustado. "-Hola amiguito, ¿qué te ha pasado?"preguntó Luna con voz preocupada.

El duende suspiró y dijo en voz baja:"-He perdido mi varita mágica esta mañana. Sin ella no puedo hacer mis travesuras divertidas, y la Navidad está cada vez más cerca, ¡qué desgracia!"Luna miró a Estrella con determinación en sus ojos, y ambos decidieron ayudar al duende sin rodeos.

Recorrieron el bosque buscando sin descansola varita mágica que había sido extraviada. Por caminos oscuros y senderos escondidoslos tres amigos avanzaron decididos. Hasta que finalmente encontraron la varita perdidadebajo de un árbol cubierto de nieve blanquísima.

El duende saltó de alegría y dio vueltas en el aire, agradeciendo a Luna y Estrella por su gran hazaña. "-Gracias a ustedes podré traer alegría esta Navidad",dijo el duende emocionado, lleno de gratitud. Juntos regresaron al pueblo Alborada, donde la Navidad ya estaba anunciada.

El duende usó su varita para decorar las calles, llenándolas de luces, colores y detalles. La gente del pueblo quedó maravillada, al ver cómo la magia de la Navidad se desplegaba.

Luna y Estrella sonrieron orgullosos de su labor, sabían que habían hecho algo especial en su alrededor. Así, en esa noche mágica y estrellada, Luna, Estrella y el duende celebraron con alegría. Juntos aprendieron que ayudar a los demás es lo mejor, y que el espíritu navideño vive en cada corazón.

Desde entonces, cada año en Alboradase celebra una gran fiesta encantada. Donde Luna, Estrella y el duende se reúnenpara recordar ese día donde todo comenzó a florecer. Y así termina esta historia llena de amor y amistad, donde la magia navideña nos enseña a dar.

Que siempre podamos ser como Luna y Estrella brillante, dispuestos a ayudar y hacer feliz a cada instante.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!