La Varita Salvadora
Había una vez un bosque mágico llamado "El Bosque Feliz". Era un lugar lleno de árboles gigantes, flores de colores brillantes y animales amigables que vivían en armonía. Pero un día, algo extraño sucedió.
Una sustancia verde y viscosa comenzó a caer del cielo, cubriendo todo el bosque. Los árboles empezaron a marchitarse y los animales se enfermaron. La gente del pueblo cercano temía acercarse al bosque por miedo a la sustancia tóxica.
Pero había una niña llamada Sofía que no podía quedarse quieta mientras su hogar estaba en peligro. Decidió adentrarse en el bosque para averiguar qué estaba pasando y cómo podría ayudar.
Cuando llegó al corazón del bosque, encontró una cueva oculta detrás de una cascada. Al entrar, vio a un pequeño duende sollozando en la oscuridad. "¿Qué te pasa?" -preguntó Sofía con ternura. "Soy el guardián del Bosque Feliz", dijo el duende entre sollozos-.
"Pero cuando la sustancia cayó del cielo, perdí mi varita mágica que me daba poder para proteger este lugar". Sofía decidió ayudar al duende a encontrar su varita mágica perdida.
Juntos exploraron cada rincón del bosque hasta que finalmente encontraron la varita debajo de una roca gigante. Cuando el duende recuperó su varita mágica, hizo aparecer una gran burbuja protectora sobre todo el bosque. La sustancia tóxica se desvaneció y los árboles volvieron a florecer.
"¡Gracias, Sofía!" -dijo el duende con una sonrisa-. "Sin tu ayuda, no habríamos podido salvar nuestro hogar". Sofia regresó al pueblo como una heroína y todos la admiraban por su valentía y determinación para ayudar.
A partir de ese día, ella se convirtió en la protectora del Bosque Feliz, asegurándose de que siempre estuviera a salvo y protegido.
Y así es como una niña pequeña demostró que incluso las personas más jóvenes pueden hacer grandes cosas si creen en sí mismas y están dispuestas a ayudar a los demás.
FIN.