La venganza de David



David era un joven trabajador que, a sus cortos 14 años, ya enfrentaba grandes desafíos en su vida. Trabajaba en una fábrica de zapatos donde el trato de su jefe hacia él y sus compañeros era injusto y despiadado. Todos los días, David y sus amigos eran presionados y castigados sin razón aparente, lo que generaba en ellos un profundo sentimiento de injusticia y malestar. El jefe, el señor Gómez, era una persona muy estricta y no les permitía ni siquiera levantar la mirada cuando les dirigía la palabra.

Un día, cansado de esta situación, David decidió que ya era suficiente. Se propuso vengarse de su jefe y demostrarle que él y sus compañeros merecían respeto y un trato digno. Buscó diferentes formas de hacerlo, pero ninguna le convencía del todo. Hasta que un día, mientras ordenaba el depósito de la fábrica, encontró un antiguo libro de historias sobre valientes guerreros que luchaban por la justicia. En una de esas historias, el protagonista enfrentaba a su enemigo no con venganza, sino con valentía y sabiduría, ganándose no solo el respeto de su adversario, sino también el de toda la comunidad.

Inspirado por esta historia, David decidió cambiar su enfoque. En lugar de buscar venganza, decidió buscar justicia. Se propuso hablar con sus compañeros y planificar una forma de hacer frente a la injusticia de una manera positiva y constructiva. Les propuso organizar una manifestación pacífica para expresar sus preocupaciones y exigir un trato más justo por parte de su jefe. Al principio, sus amigos dudaron, pero la determinación y la convicción de David los inspiraron a unirse a él en esta noble causa.

Con ingenio y delicadeza, organizaron pancartas y prepararon discursos que expresaban sus sentimientos y las dificultades que enfrentaban en la fábrica. El día de la manifestación, David y sus amigos se pararon frente a la fábrica con sus pancartas en alto. Al principio, el jefe Gómez se mostró furioso, pero al ver la determinación y el coraje de esos jóvenes, algo cambió en su mirada. Se acercó a ellos, y en lugar de gritarles, les pidió que le expusieran sus quejas.

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FIN.

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