La Venganza de Medusa



Había una vez en la antigua Grecia, una mujer llamada Medusa que tenía el pelo lleno de serpientes y una mirada tan penetrante que podía convertir a cualquiera en piedra.

Medusa había sido víctima de la envidia de la diosa Atenea, quien la había transformado en un monstruo por su belleza. Llena de ira y sed de venganza, Medusa deambulaba por la tierra en busca de su venganza.

Un día, se encontró con una joven llamada Elena, conocida por su increíble belleza. "¡Eres la causa de mi sufrimiento!" -gritó Medusa con furia. "Lo siento mucho por lo que te ha pasado. No sabía que habías sido víctima de un castigo tan terrible." respondió Elena con compasión.

Intrigada, Medusa le contó a Elena su historia trágica. Cómo había sido una doncella hermosa adorada por todos, pero envidiada por la diosa Atenea, quien la castigó convirtiéndola en un monstruo.

Elena escuchó atentamente, y con empatía le mostró a Medusa que la belleza no era solo superficial, sino que también residía en la compasión y la bondad. Poco a poco, Medusa comenzó a comprender que su busqueda de venganza solo prolongaba su sufrimiento.

Elena le mostró que podía encontrar la paz, y Medusa sintió un cambio dentro de su ser. Con lágrimas en los ojos, Medusa agradeció a Elena por abrirle los ojos.

Finalmente, Medusa decidió perdonar a aquellos que le habían hecho daño y volver a las profundidades del mar Griego, donde encontraría la paz que tanto anhelaba. Elena, con su acto de compasión, había logrado una transformación milagrosa en Medusa, quien se sintió bien consigo misma por primera vez en mucho tiempo.

FIN.

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